La película ‘Arrival’ es una de las pocas excepciones en una larga lista de películas que nos presentan la llegada de extraterrestres a la Tierra como un acontecimiento catastrófico o, aún peor, el anuncio de una extinción asegurada. Los alienígenas de la obra de Denis Villeneuve no sólo no quieren destruir nada, sino que entregan un don a los confundidos terrícolas, algunos de los cuales están más interesados en empezar a disparar cuanto antes.
La existencia de vida extraterrestre ha dado lugar a muy interesantes discusiones entre científicos, tanto sobre la probabilidad de su existencia como nuestras posibilidades de descubrirla algún día. Los hay como Stephen Hawking que piensan que sería una mala idea responder si recibiéramos una confirmación de vida extraterrestre inteligente: «Algún día podríamos recibir una señal de un planeta (se refiere a uno como Gliese 832c, un exoplaneta con condiciones relativamente similares a las de la Tierra). Pero deberíamos tener mucho cuidado en responder. Encontrarse con una civilización avanzada podría ser como lo que ocurrió a los nativos americanos al encontrarse a Colón. Eso no acabó bien».
Hawking planteó la hipótesis de que una civilización con la tecnología necesaria para viajar entre galaxias podría utilizarla para conquistar nuevos mundos y colonizarlos. Básicamente, lo que los grandes imperios de la raza humana han hecho a lo largo de muchos siglos sin demasiada preocupación por el bienestar de las poblaciones invadidas. Por no hablar de las especies animales con las que convivimos en el planeta.
En este vídeo, nos explican este dilema partiendo de una idea bien conocida. El universo –o al menos la Vía Láctea– parece estar vacío, ya que no hemos recibido pruebas de lo contrario a pesar de la gran posibilidad de que existan otras civilizaciones inteligentes. Es la paradoja de Fermi. La respuesta es lo que se ha dado en llamar «el bosque oscuro», que conocerán bien los lectores de la trilogía del novelista chino Liu Cixin.