Un adulterio ha acabado con la carrera de David Petraeus, hasta ahora director de la CIA y antes el militar más admirado por la mayoría de los políticos y medios de comunicación norteamericanos. Los hechos se desencadenaron por una investigación del FBI, iniciada por la sospecha de que otra persona estaba usando una cuenta personal de Gmail del ex general.
Existe la tentación de pensar que un simple error moral le ha obligado a dimitir. En realidad, Petraeus no podía continuar al frente de la CIA a menos que se aceptara que en la organización hay dos tipos de normas, una para todo su personal y otra especial para su director. Los servicios de inteligencia suelen responder con dureza a estas situaciones porque dejan a agentes o analistas expuestos a un chantaje. Y lo habitual es que se inicie una investigación que comienza con la suspensión de empleo y la revocación de todos los permisos de seguridad (lo que se llama «security clearance») que permiten a cada miembro de la CIA el acceso a determinado nivel de documentos secretos o confidenciales.
Obviamente, un director de la CIA no puede realizar su trabajo si pierde temporalmente ese privilegio. Y si la investigación se hubiera completado en secreto y sin filtraciones (algo difícil de evitar), y al final Petraeus hubiera continuado en el puesto, se trataría de un evidente caso de doble rasero.
Fascinados siempre por la personalidad de los generales en tiempos de guerra, los medios de comunicación canonizaron a Petraeus como el mejor representante de una nueva generación de generales que tuvieron que dejar a un lado los manuales militares de la guerra fría para poner en práctica en Irak y Afganistán nuevas estrategias de guerra contra un movimiento insurgente.
El veredicto general es que Petraeus tuvo éxito en Irak, aunque hay que recordar que los mandos militares anteriores pusieron el listón realmente bajo. Si Napoleón tenía razón cuando decía que prefería a los generales con suerte, hay que aceptar que Petraeus tuvo bastante. Su habilidad consistió en aprovechar el cisma que se abrió entre las tribus suníes de la provincia de Anbar y los grupos yihadistas. Muchos de los antiguos insurgentes pasaron a estar en nómina del Ejército norteamericano.
El balance obviaba convenientemente el hecho de que los militares estadounidenses actuaron en la práctica de testigos pasivos de la feroz campaña de limpieza étnica que tuvo lugar en la provincia de Bagdad. La campaña de asesinatos de los escuadrones de la muerte chiíes –muchos de ellos organizados desde el Ministerio de Interior iraquí, provocaron el éxodo forzado de miles de suníes.
En Afganistán, la hagiografía se topó con la realidad. Allí, Petraeus se limitó a la actitud más extendida entre los generales: pedir más hombres y más tiempo. No es extraño que sus relaciones con la Casa Blanca se enfriaran bastante.
¿Hasta qué punto Benghazi no tuvo también que ver?
No tiene desperdicio la crítica en Rolling Stone (a principios de año) sobre la biografía de Petraeus escrita por su amante:
http://www.rollingstone.com/politics/blogs/national-affairs/the-legend-of-david-petraeus-20120131
«I took full advantage of his open-door policy to seek insight and share perspectives,» she writes…
«All In is such blatant, unabashed propaganda, it’s as if the general has given up pretending there’s a difference between the press and his own public relations team…»
O, como escribe @Atrios: «In retrospect the term embedding was not such a great choice»
¿Está dando por cierta «esa» versión oficial?
¡No me lo puedo creer!
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Pero Iñiquez si que eres bueno contando culebrones!, te inspiras los sábados cuando no estás muerto de una manera espectacular!, y lógico nada mejor para hacerlo que inspirarte en Estados Unidos ese país que tanto admiras aunque crees que lo niegas, mira que hay problemas en el mundo para gastar tanto tiempo en un romance trivial que nada más le debería importar a la mujer del hombre y a él mismo!, a nadie le importa – y menos a ti- los crímenes de la CIA, las cárceles secretas, los asesinatos encubiertos y selectivos, si a Bin Laden lo tiraron al mar como en los peores momentos de las desapariciones en Latinoamérica, las intromisiones en los asuntos internos de otros estados, los asesinatos de los drones en Afganistán , no, eso no importa! Aunque a cada rato saques un comentarito que tibiamente critica algoooo, pero sin llegar al trasfondo, todo dentro de las reglas del juego del sistema. Pero hasta ahí el Petra era maravilloso, toda esa ilegalidad criminal de la CIA era legal, bastó entonces que nada más el hombre echara un palo encubierto que no afecta a nadie, que no hace daño a nadie mas bien le da gusto a sus amantes y se arma el revuelo, las campanas a rebato y tu el que más! Eso es novela compadre! Dedícate a algo más serio, mira como no dices nada de la votación por milésima vez consecutiva contra el bloqueo que los americanos le tienen a Cuba, votación en la ONU unánime con solo tres en contra: EEUU, Israel y unas islitas por ahí dependencia de los americanos, eh? Eso no importa nosotros somos latinoamericanos muy lejos de Europa que no merecemos unas líneas analizando por qué el mundo bota unánimemente contra el criminal bloqueo, y porque los americanos se cagan una vez más en lo que pide el mundo, analiza bien porque tenemos cinco antiterroristas presos en cárceles americanas, porque ganó Chávez, informa bien a tu país tan desinformado porque gana Correa en Ecuador, porque los británicos no deja salir a Assange, que era mentira todas las justificaciones para atacar Iraq, Libia, Siria, etc., esa son las cosas verdaderamente importante entre los millones que necesitan ser publicados en el mundo, no gastarte tantas neuronas sacando por aquí y por allá las boberías, falsa moral y trivialidades de este mundo loco, que se fue Petraeus? Ya vendrá otro igual, eso no cambia y se fue por lo menos que debería irse, por infiel no por asesino! Jajaj sino digo yo!!!