Amnistía Internacional no ha olvidado Bahréin, donde vuelve a celebrarse un Gran Premio de Fórmula 1. Un espectáculo caro con el que hacernos olvidar lo que ocurre en sus prisiones:
«El pasado mes de enero, una delegación de Amnistía Internacional visitó Bahréin, donde se reunió con siete presos de conciencia recluidos en la cárcel de Jaw. Todos ellos habían sido encarcelados por cargos falsos o en aplicación de leyes que reprimen derechos básicos. De hecho, no se presentaron pruebas fehacientes que justificaran estas condenas. Aparentemente, todas las personas afectadas fueron perseguidas por sus opiniones contrarias al gobierno y por haber participado en protestas pacíficas. Además, muchos de los presos de conciencia fueron presuntamente torturados en las primeras semanas de detenciones y algunos se quejaron del tratamiento médico que recibían.»
–Fotos: ‘Don’t race on our blood’.
–Vídeos: The epic Bahrain protest videos emerging ahead of the Grand Prix.
Bahrein no existe en la prensa mundial, existe el «fraude» venezolano. Nuestras agencias informativas han retrocedido cien años, cuando dependían directamente de las oficinas de (des) información estatales.
¡Ah, gente de poca fé! ¿Por qué no seguimos todos el ejemplo de Fernando Alonso, hombre de bien y orgullo de la marca España? Sí, vale, en Baréin la policía tortura a los detenidos, y en China los niños cosen balones, aquí en España hay crisis… ¿Y qué? ¿Significa eso que tenga que dejar de viajar por todo el mundo y ganar millones por pilotar su cochecito de juguete delante de un montón de jeques forrados de pasta? ¡Anda y que les don por saco a esos perroflautas!