En todas las guerras, la propaganda juega un papel esencial. Incluso cuando su objetivo es denunciar al enemigo, la prioridad es siempre levantar el ánimo a los tuyos, soldados o civiles. Ningún medio es prescindible. Tampoco los dibujos animados, en especial si intervienen los personajes más populares. Es el caso del Pato Donald en la Segunda Guerra Mundial.
La obra más conocida es ‘Der Fuehrer’s face’, que ganó un Oscar al mejor corto de animación en 1943. La trama es realmente original al basarse en un futuro alternativo. Donald vive en un lugar dominado por los nazis. Trabaja en una fábrica de municiones donde debe ajustar las cabezas de los proyectiles preocupándose de hacer el saludo nazi cada vez que aparece una foto de Hitler. Una pesadilla en la cadena de montaje que recuerda a Chaplin en ‘Tiempos modernos’, de 1936. Al final, todo resulta ser una pesadilla y Donald descubre aliviado que sigue viviendo en EEUU.
La imagen de Donald haciendo el saludo nazi, por más que sea en un sueño, preocupaba a Disney, que retiró el corto no mucho tiempo después de su estreno. Sólo tuvo una circulación masiva después con una recopilación de obras del pasado difundida en 2004.
La representación de las figuras de Hitler y Mussolini podía ser paródica, pero era bastante realista. No así la de Tojo y los soldados japoneses con rasgos deformados. La propaganda norteamericana describía a los nazis como una encarnación del mal. En el caso de los japoneses, abundaban los estereotipos racistas, que también eran habituales en las viñetas de los periódicos.
Donald apareció en otros cortos como soldado norteamericano. El más incisivo fue el único en que apareció en una misión de combate, ‘Commando Duck’, de 1944. El pato más famoso de Disney se lanza en paracaídas sobre una isla del Pacífico para destruir una base japonesa, lo que consigue aunque no de la forma que esperaba.
En 1942, Looney Tunes difundió ‘The Ducktators’, también con la intención de ridiculizar a los nazis y fomentar la compra de bonos de guerra entre la gente. Ambientada en una granja, un huevo negro produce un pato con un gran parecido a Hitler por el bigote y el corte de pelo. Lo primero que hace es levantar el brazo y hacer el saludo nazi. También aparecen Mussolini y el japonés Tojo.