Alan Rusbridger, director de The Guardian, comparece ante una comisión de la Cámara de los Comunes para responder a las preguntas de los parlamentarios. El tema es la filtración de los documentos de Edward Snowden y la colaboración activa del periódico en su difusión.
Algunas de las preguntas indican que los principales partidos políticos nunca van a adoptar un papel activo en la defensa de los derechos civiles de sus ciudadanos, es decir, votantes. Es mejor disparar sobre aquellos que cuestionen los poderes de los servicios de inteligencia.
El diputado laborista y presidente de la comisión, Keith Vaz, hizo la pregunta más inaudita: «Usted y yo nacimos fuera de este país. Yo amo a este país. ¿Ama usted a este país?». Vaz nació en Adén, Yemen, en una familia de inmigrantes indios. Rusbridger nació en Rodesia del Norte (hoy en Zambia) en una familia británica.
Vivimos en una democracia, responde el periodista. La mayoría de las personas que han trabajado en estos artículos son ciudadanos británicos y desde luego que aman a su país, pero eso incluye defender la libertad de expresión.
Es típico de los políticos que creen en el poder ilimitado del Estado que cuestionen el patriotismo de los defensores de los derechos civiles. Respuestas como las de Rusbridge son especialmente necesarias. Los otros son los antipatriotas, los que vulneran la ley o dejan en suspenso sus garantías cuando lo creen oportuno por razones de seguridad. Vaz es un aplicado alumno de las tácticas de McCarthy.
Otro diputado, el conservador Michael Ellis, hizo la comparación que todos esperamos en estos casos. Nada como un símil de los años 30 y 40 para poner en marcha la imaginación: «Si hubiera sabido del código Enigma durante la Segunda Guerra Mundial, ¿habría transmitido esa información a los nazis?».
Para complacer a Ellis, vamos a meternos en el proceloso mundo de la ley de Godwin. Una posible respuesta podría ser la que da indirectamente Roy Greenslade: «How Hitler suspended the right to mail and telephone privacy».
Pues, menos mal que solo ha publicado el 1% de esos archivos…
No estoy seguro que sea fe en el poder ilimitado del estado. Yo pienso que más bien es otra cosa.
Michael Ellis no tiene la más puta idea de lo que habla.
Lo de calcular el 1% no sé si será en bits, en baudios, en dB (respecto a una relación S/R) o al peso. No sabía que la profesión periodística fuese tan extensiva.
Vaz es además un gilipollas que se sube a todas y cada una de las polémicas que The Sun y compañía sacan a la palestra sin importarle dos cojones que lo que dice The Sun poco suele tener que ver con la realidad.
Y además el señorito no dimitió por un tráfico de influencias hace años en un tema de pasaportes por dinero (allegedly!).
Pocos MPs sobran más en el parlamento británico que Keith Vaz.
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