Con su edad y antecedentes, está claro que Mario Monti no va a jugar al jolgorio habitual en la propaganda electoral de Berlusconi. Este es su primer anuncio en campaña, marcado por una voz de efectos algo narcotizantes. Los tecnócratas nunca apelan al corazón.
Al menos en dos ocasiones Monti se refiere a la «vieja política», no en términos elogiosos, claro. Es cierto que representa algunos valores nuevos, en la política italiana por ejemplo a favor de reformas liberalizadoras a las que Berlusconi se ha opuesto siempre. Pero con 69 años de edad y una larga carrera en el establishment universitario y político, resulta complicado creer que Monti vaya a suponer un cambio real.
En ciertos aspectos, la suya es la derecha de siempre. Su aliado Pier Ferdinando Casini ya ha descartado que Italia pueda aprobar una ley que legalice el matrimonio gay, como acaba de ocurrir en el Reino Unido.
En eso no hay cambios. Nada de bunga bunga. Nada de matrimonio gay. Por eso, el Vaticano está tan contento con Monti.
Bola extra italiana: una escena italiana en Nápoles. Un coche que quiere girar donde no hay sitio en una calle muy estrecha, otros que esperan y le dan a la bocina, llegan unos moteros que tampoco caben y de repente… es mejor no desvelar el final.
Muy interesante, está por ver que no nos toque a nosotros también una de «tecnócratas»
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