Las playas de Francia parecen haberse convertido en el lugar en el que afirmar lo que allí llaman los «valores republicanos», a veces llamados «valores franceses». El objetivo fue hace unos días una mujer de 34 años con sus hijos, tumbada sobre la arena de la playa de Niza y con la cabeza y las piernas cubiertas. Allá fueron cuatro policías armados para comprobar qué llevaba debajo e imponerle una multa.
Mucha gente sintió vergüenza y perplejidad, sobre todo fuera de Francia, al ver esas imágenes, producto de la decisión del Ayuntamiento de Niza de multar a aquellas mujeres musulmanas que no fueran con un traje de baño convencional. Desde el principio –por ejemplo cuando el alcalde de Cannes dijo que “el burkini es el uniforme del islamismo extremista, no de la religión musulmana”–, ya se vio que esta prohibición tenía mucho que ver con los prejuicios contra la principal minoría del país, además de por la tensión creada por los atentados ocurridos en Francia en el último año. ¿Pero en qué medida la vestimenta de las mujeres tiene que ver con la seguridad?
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