Falta más de un mes para el referéndum británico sobre la UE (23 de junio), pero los políticos británicos han pisado el acelerador como si estuviéramos en el sprint final. Lo que significa afirmaciones absurdas, manipulación de la historia, distorsiones económicas, aviso de todos los males concebibles si sale un resultado distinto al correcto…
Si la cita electoral se celebrara en países como Filipinas, Indonesia o Pakistán, las crónicas periodísticas destacarían la baja calidad de su democracia, el populismo exacerbado de sus dirigentes y la apuesta permanente por el voto del miedo, entre las principales características de la contienda. Como hablamos en este caso del Reino Unido, supongo que hay que hacer hincapié en el vibrante debate democrático y la implicación de sus élites políticas y económicas.
My goodness David!! Really? #mostsincerely pic.twitter.com/78g2KoXbE7
— Lord Ashcroft (@LordAshcroft) May 17, 2016
Así que un día los británicos escuchan que la UE es un proyecto de dominación del continente no muy distinto a los planes del dictador que destruyó Europa (según el diputado tory Boris Johnson) y unos días después descubren que los yihadistas del ISIS creen que la salida del Reino Unido de la UE sería un gran éxito para sus planes criminales (según el primer ministro Cameron).
La virulencia de la confrontación confirma algo que ya deberíamos saber. La estrategia del miedo funciona en todas las sociedades, y cuanto más alta es la apuesta, con más intensidad los políticos se afanan en prever todo tipo de escenarios terroríficos en el caso de que ganen los otros.
Pero la estrategia tiene sus limitaciones. Para desgracia de los partidarios de LEAVE (como así se denomina en los medios del país a los que quieren huir de Bruselas), es probable que sus votos ya estén movilizados, la mayoría desde el momento en que se anunció la convocatoria del referéndum. La participación aumentará si el debate se hace más tenso y se radicaliza, lo que supone una ventaja para los que optan por el REMAIN. Los que consideran que la inmigración supone una amenaza para la sociedad británica, los que desconfían de la UE de forma visceral, hace tiempo que tienen decidido el sentido de su voto.
Cameron y otros ministros de su Gobierno, la mayoría de los dirigentes laboristas, los nacionalistas escoceses, la patronal, la City y la mayoría de los sindicatos están a favor de continuar en la UE. El temor a la incertidumbre económica juega en su favor y, al igual que en el referéndum de Escocia, puede ser el factor decisivo que desequilibre el resultado.
La división de los tories es una variable que beneficia a la opción de seguir en la UE. La campaña se ha convertido en una especie de duelo personal entre Cameron y Johnson hasta el punto de que en caso de victoria del no a la UE el primer ministro lo tendría muy difícil para continuar en el puesto. Si se produjera su dimisión, el tory que tendría más posibilidades de rentabilizar el veredicto de las urnas y sustituirle sería el exalcalde de Londres. Los otros candidatos a suceder a Cameron (George Osborne y Theresa May, ministros de Hacienda e Interior) están con él en esta batalla.
En la medida de que la opinión pública entienda esta campaña como una guerra civil entre conservadores, será más fácil que los votantes de otros partidos decidan participar en la votación y votar a favor de la permanencia en la UE.
Tras el fracaso de las encuestas en acercarse al resultado de las últimas elecciones, conviene examinar con cuidado los sondeos sobre el referéndum. Los de los últimos días dan ventajas significativas en favor del campo del REMAIN. Hay un problema añadido: los sondeos hechos por teléfono tienden a ofrecer números favorables a la UE. Los hechos vía Internet dan resultados opuestos, incluso cuando los hace la misma empresa.
Los que prefieren fijarse en las apuestas verán que la permanencia en la UE es la alternativa más segura.
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Three newspapers to be reported to Ipso over 'inaccurate' EU stories https://t.co/DHzrkaB6oR pic.twitter.com/OqeoapgH9m
— Media Guardian (@mediaguardian) May 19, 2016
No son sólo los políticos los que patinan en el tema europeo. Han denunciado ante la comisión de quejas de la prensa británica a tres periódicos –Daily Telegraph, Daily Mail y Daily Express– por sus informaciones algo menos que ciertas sobre la UE. Estando de por medio el Mail y el Express, seguro que cualquier parecido con la realidad es sólo una ilusión.