Esas personas que han estado a punto de morir son lo que el ministro de Interior llama «goteras». El vídeo de ACNUR cuenta la historia del último rescate en el Mediterráneo. Un barco que salió de Libia con unas 600 personas se hundió en pocos minutos. Fueron rescatadas 369. Los demás murieron en cuestión de minutos.
Entre los supervivientes, estaba un bebé de 40 días, diagnosticado con síndrome de Down y que sufre neumonía, malnutrición y quemaduras en la piel. Tanto él como sus padres son sirios, refugiados de una guerra salvaje, ante la que los gobiernos europeos tienen una política: con unas pocas excepciones, no están dispuestos a acoger a los civiles que huyen de los combates y los bombardeos.
La única alternativa que esos gobiernos les dejan es morir en Siria o arriesgarse a morir en el mar. ¿Cómo puede sorprendernos que elijan la segunda?
–¿Qué dijo la UE cuando recibió el Premio Nobel de la Paz? 20 abril.
—La inmigración es imparable desde Libia: ¿quién puede sorprenderse? 19 abril.