De todos los parámetros políticos y económicos que rodean a la presencia militar occidental en Afganistán, hay uno que no admite discusión: ha sido una excelente noticia para el cultivo de opio.
La producción se ha multiplicado por tres desde 1994. El país produce ahora en torno al 80% de las cifras mundiales. La extensión de tierra cultivada fue de 209.000 hectáreas en 2013, lo que superó el récord anterior (193.000 en 2007), según datos oficiales norteamericanos.
¿Cuánto se ha gastado EEUU para intentar revertir esta tendencia? 7.600 millones de dólares. Es difícil creer que la producción de opio habría sido mayor si Washington se hubiera gastado cero dólares en luchar contra ella. Ha sido un fracaso de dimensiones imperiales.