El director general de la OMS tiene un mensaje para todos los políticos del mundo. «Por favor, pongan en cuarentena la politización del Covid», dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus. Tendremos que hacernos «con muchas bolsas para cadáveres» si no evitamos eso. Aprovechar la pandemia para ajustar cuentas en el combate político es «jugar con fuego».
Le preguntaban por las declaraciones de Donald Trump contra la OMS, pero él estaba pensando en cualquier político del planeta: «Cuando hay fisuras a nivel nacional y a nivel global, es entonces cuando el virus triunfa. Por amor de Dios, hemos perdido más de 60.000 ciudadanos del mundo».
Si el doctor Tedros hubiera asistido al debate en el Congreso sobre la ratificación del estado de alarma, habría salido a la Carrera de San Jerónimo para coger un taxi y comunicado al conductor: lléveme a la funeraria más grande que conozca. Tengo que encargar muchos ataúdes. Miles de ataúdes.
El espectáculo estuvo a la altura de lo esperado después de leer los comentarios hechos por Pablo Casado y otros diputados del PP en las últimas dos semanas. A ellos se unieron el jueves los realizados por la portavoz socialista, Adriana Lastra, que inauguró lo que es el inicio de la declaración de hostilidades del PSOE contra la derecha en esta crisis. Puede que los ministros afirmen que no quieren meterse en una carrera de descalificaciones contra otros gobiernos y partidos, pero el PSOE ha decidido pasar a la ofensiva.
En estos casos, se suele decir que la sangre inundó el hemiciclo a causa de las acometidas salvajes de los contendientes. En este caso, la idea no es una metáfora –bélica, claro, como es habitual en estos tiempos–, sino una realidad, nos recuerda la OMS. ¿Cuántos muertos suponen los enfrentamientos entre el Gobierno y la oposición, muy poco frecuentes en Europa, cuando se está produciendo una emergencia nacional? Es mejor no echar mano de la calculadora.
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