Los republicanos están perfeccionando el arte de automutilarse. Su decisión de bloquear tres nombramientos judiciales de Obama ha terminado creando una situación que permitirá a la Casa Blanca cubrir 93 vacantes de jueces. Epic Win.
Tras años de amagar y no dar, los senadores demócratas han aprobado un cambio de las normas de la Cámara que pone fin al famoso ‘filibustering’ en la confirmación de los cargos elegidos por el poder ejecutivo, a excepción de los miembros del Tribunal Supremo. En la práctica, y siempre que la oposición se subiera al monte, hacía que el Senado no podía aprobar ninguna iniciativa a menos que fuera respaldada por 60 votos.
Desde hace años le llamaban la «opción nuclear» a la decisión política de acabar con este bloqueo institucionalizado. Esta costumbre no procedía de ninguna ley, sino del reglamento del Senado, y podía ser tumbada con una votación, digamos, normal, de las que se ganan con 51 votos. Los demócratas no se habían atrevido en parte porque también podía serles de utilidad cuando estuvieran en la oposición, pero también por el respeto a las reglas tradicionales del Senado y por esa ficción de que en los grandes temas los partidos deben hacer un esfuerzo por alcanzar un consenso básico (es una ficción cuando ese acuerdo es imposible). Qué demonios, y por el hecho de que los demócratas casi siempre se echan atrás en el Congreso cuando se trata de sacar el colmillo, mientras los republicanos de la última década no tienen inconveniente en probar la carne humana.
Según estos números, el ‘filibustering’ sólo servía para que los republicanos atizaran y los demócratas recibieran el golpe, al menos en relación a los nombramientos del poder ejecutivo (incluidos los jueces federales) que deben ser ratificados por el Senado.
Y hablamos del Senado, donde la crispación y la polarización de posturas no son tan enconadas como en la Cámara de Representantes, repleta de republicanos enfurecidos.
Ezra Klein dice que la medida traerá grandes consecuencias para esta legislatura y las posteriores. Es posible que el partido que gane las elecciones en ambas cámaras, lo que no ocurre con mucha frecuencia, esté ya en condiciones de aplicar su programa, que es a fin de cuentas para lo que se celebran las elecciones.
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¿La reacción conservadora más divertida? Fox News Pundit Says End Of Judicial Filibuster Could Lead To ‘Military Coup’.
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Obama estaba muy contento tras la decisión del Senado. No debería. No está ahora mismo en un momento en el que pueda presumir de nada. Según el último sondeo de CNN, un 41% apoya su gestión, que es rechazada por el 56%. Son sus peores números de siempre. De ahí las últimas portadas.
La de The Economist no es la única. Ya son unas cuantas.
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¿No sería más apropiado traducir «filibustering» por algún término que use como raíz la palabra «filibustero»? En español se diferencia entre piratas, corsarios y filibusteros.
A la hora de traducir hay que tener en cuenta que hay expresiones sintéticas y analíticas (de las que van juntas o de las que van separadas), en este caso filibustering hace referencia a «maniobras obstruccionistas».
«Son sus peores números de siempre» es un anglicismo (en realidad, ni eso es, es una incorrecta traducción del «ever» inglés a través de un calco inapropiado), que se está extendiendo mucho (vía prensa latinoamericana). «Son los peores números que haya tenido nunca», o «Son sus peores números que jamás haya tenido».
«Son sus peores números de siempre» indica una continuidad, que *siempre* han sido así de malos, no que son circunstancialmente los peores números que haya tenido en algún momento.