Esta viñeta ha sido lanzada supuestamente sobre territorio controlado por ISIS en Siria por aviones norteamericanos. Como forma de guerra psicológica contra el enemigo, este tipo de ardides no son raros. Se llevan utilizando desde hace siglos. Siempre se vende la idea de que los soldados que son reclutados por el rival terminarán siendo carne de cañón.
No se aleja mucho de lo que ocurre con muchos de los voluntarios extranjeros que llegan a Irak o Siria para unirse a las filas del ISIS. Si no tienen formación militar y su entrenamiento es breve, sólo tienen utilidad cargados de explosivos.
Pero esta propaganda tendrá poca influencia sobre el terreno. Los más radicales no quedarán muy impresionados por una estética de malos de película de Disney. ¿Asustados por la sangre? No en un sitio en el que se aplica la pena de muerte con tanta facilidad o son ejecutados centenares de soldados iraquíes.
¿Qué ocurrirá con aquellos a los que se intenta convencer de que sólo se les quiere para hacerlos saltar por los aires? A esos ya se les ha dejado claro que si su decisión de acudir a la llamada de ISIS fue un impulso estúpido y descerebrado de jóvenes inadaptados, eso no les salvará del castigo. Francia, Alemania y Gran Bretaña ya han condenado a penas de prisión a jóvenes que regresaron a sus países presionados por sus familias o decepcionados por lo que habían visto.
Esa es una contribución muy valiosa a la propaganda interna del ISIS. A todos los que flaqueen en su fe, se les dirá que si regresan a sus países de origen, su destino será una celda de prisión durante varios años. Eso da más miedo que una viñeta pintada con trazos terroríficos.