El Gobierno norteamericano sabe que se está produciendo una hambruna en Gaza ante la falta de alimentos. Samantha Power, máxima responsable de USAID, lo confirmó en un encuentro con un congresista demócrata. No está llegando comida suficiente al sur de Gaza y la situación es peor en el norte, de donde han llegado imágenes de niños fallecidos por una desnutrición aguda.
Un informe de la organización independiente International Crisis Group (ICG) explica que el norte puede estar afrontando la peor hambruna de las últimas décadas en comparación con el tamaño de la población. Los números de muertes confirmadas pueden no ser aún muy altos, pero repiten el proceso ocurrido en otras zonas del mundo. Los primeros que caen son los niños, los ancianos y los enfermos crónicos, antes de que el problema se extienda al resto de la población:
«El sistema israelí de distribución de ayuda, especialmente en el norte, está siendo un fiasco. No se ha coordinado la acción militar con la humanitaria, poniendo en peligro al personal de ayuda y a los que reciben la ayuda e impidiendo el paso a los convoyes con frecuencia. Ha atacado a la policía, alegando sus relaciones con Hamás, y la ha obligado a retirarse, lo que hace que los cargamentos puedan ser saqueados, sea por los que pretenden lucrarse con su venta o los que están desesperados por el hambre».
El informe dice que Israel ha encargado la gestión de la ayuda humanitaria a «grandes familias de Gaza». Se refiere a los clanes familiares más importantes del norte de la franja, cuya relación con Hamás es escasa o inexistente. Es un hecho que ha aparecido confirmado en la prensa israelí, aunque también se ha apuntado que la solución sólo ha funcionado en contadas ocasiones. Además, se sabe que combatientes de Hamás han atacado a miembros de esos clanes por aceptar las condiciones de los israelíes.
Esa situación de caos con un Ejército intentando favorecer a unos grupos sobre otros, confiando en que su enemigo pierda el control de la situación, recuerda a lo que ocurrió en Mogadiscio, capital de Somalia, a principios de los noventa, según una fuente norteamericana citada en el informe.