Hay otra guerra en marcha en Oriente Medio y sus promotores llevan mucho tiempo intentándolo

La actual ofensiva de EEUU contra Irán y los vientos de guerra que traen con ella se entienden mejor con un titular de The Onion: «John Bolton: ‘An Attack On Two Saudi Oil Tankers Is An Attack On All Americans'» (John Bolton: «Un ataque contra dos petroleros saudíes es un ataque contra todos los americanos»). Suena ridículo y esa es la idea. Es una parodia de una película que ya hemos visto y que sabemos cómo termina.

John Bolton,  consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, y Mike Pompeo, secretario de Estado, han movido sus piezas para que se cumplan deseos que tienen mucho más de una década de existencia. Buscan una intervención militar que provoque el fin del régimen iraní.

Al iniciarse la Administración de Trump, existía un acuerdo sobre la industria nuclear de Irán que permitía controlar su desarrollo e impedir que sirviera para la fabricación de armas nucleares. Trump dijo que era un pésimo pacto –quizá porque se trataba del mejor legado de Barack Obama en política exterior– y se comprometió a acabar con él. Nunca estuvo claro cuál era su alternativa a menos que fuera la guerra.

EEUU se retiró del acuerdo, lo que quiere decir que se negó a cumplir las obligaciones que le afectaban. Eso le permitió reanudar las sanciones económicas a Irán y reforzarlas. Las sanciones han sido efectivas y reducido a la mitad la exportación de petróleo iraní. Una vez más, ha quedado patente la incapacidad de la Unión Europa de tener su propia política exterior. Los gobiernos europeos se mantuvieron firmes en la defensa del acuerdo nuclear, pero eso era inútil porque no tienen fuerza suficiente como para garantizar que las empresas que den la espalda a Washington no se vean perjudicadas económicamente.

Irán cree que ya no tiene incentivos para seguir respetando las cláusulas del acuerdo después de dar mucho tiempo a los gobiernos europeos para que hicieran posible una solución. El presidente Rohaní ha dicho que dejará de respetar algunas de esas limitaciones. Eso llevará a la producción de más centrifugadoras nucleares que se pueden emplear para el enriquecimiento de uranio. Ha dado dos meses a Europa para que haga algo al respecto, aunque las probabilidades de que los europeos hagan algo más que difundir comunicados son reducidas.

Ahora ha comenzado la fase militar del conflicto. EEUU alega tener información de inteligencia que revela que Irán cuenta con planes para atacar objetivos norteamericanos en Oriente Medio. Para contrarrestar esa supuesta amenaza, ha enviado un portaaviones al Golfo Pérsico, unido al que ya estaba previsto enviar como parte de la presencia habitual en la zona, además de bombardeos B-52. La diplomacia de las cañoneras en su versión más reciente.

Nada de esto es efectivo si no se filtra, como así ocurrió. En una reunión reciente, el Pentágono presentó a la Casa Blanca un plan para el envío de 120.000 soldados a Oriente Medio, supuestamente para el caso de que los iraníes ataquen a fuerzas norteamericanas.

Al igual que antes de la invasión de Irak, volvemos a escuchar que existe una amenaza real basada en pruebas que no podemos conocer. Según una fuente de la Administración citada el miércoles por el NYT, la información sobre las intenciones agresivas de Irán no es muy grave. El objetivo último de las sanciones es provocar a Irán para que se implique en un conflicto militar con EEUU. El despliegue militar busca lo mismo.

A diferencia de 2003, Washington no cuenta con el apoyo directo de ningún Gobierno europeo relevante. Los mismos medios de comunicación que apoyaron la invasión de Irak se muestran ahora reticentes. Un editorial de The Washington Post destaca que son las medidas adoptadas por el Gobierno de Trump las que están incrementando las posibilidades de una guerra. La sección de opinión del Post no suele mostrarse muy reticente al uso de la fuerza por la maquinaria militar de EEUU.

Los comentarios sobre el riesgo de entrar en una guerra por accidente revelan un profundo desconocimiento de la historia de EEUU. Robin Wright da en The New Yorker algunos ejemplos de conflictos bélicos provocados por EEUU entre los que no falta la guerra con España de 1898. El apoyo del Congreso a la intervención militar en Vietnam sólo fue posible tras el incidente del Golfo de Tonkín. El inexistente arsenal de armas de destrucción masiva iraquíes cumplió el mismo fin.

En los últimos dos años, no ha habido ningún incidente militar serio en el Golfo Pérsico. Los iraníes se han cuidado de no provocar un enfrentamiento serio con las fuerzas navales norteamericanas que operan en el Golfo de forma continuada. Eso ha sido una decepción para políticos como Bolton, un neoconservador que lleva más de 20 años reclamando acabar con el Gobierno iraní. Ahora tanto él como Pompeo han decidido elevar la apuesta.

20.00
The New York Times ofrece hoy algunos datos más sobre la información de inteligencia que provocó la alerta en Washington. Según el periódico, fotografías sacadas desde arriba permitieron descubrir la instalación de misiles en las patrulleras iraníes desplegadas en el Golfo Pérsico. De forma más genérica, se alude a otras informaciones que revelan «amenazas contra la navegación comercial en la zona y potenciales ataques de milicias árabes relacionadas con Irán a tropas americanas en Irak».

El periódico destaca que Bolton y Pompeo están convencidos de que esas pruebas indican que «Irán podría estar preparando un ataque», una conclusión que ha provocado un fuerte debate en la Casa Blanca, la CIA y el Pentágono.

La presencia de patrulleras iraníes en aguas internacionales del Golfo es habitual desde hace mucho tiempo por razones obvias, ya que son una extensión de la costa iraní. Esas lanchas están armadas y en años anteriores, no en los dos últimos, protagonizaron maniobras agresivas cerca de las fuerzas navales estadounidenses, pero la diferencia de fuerza militar es tan evidente que nunca han sido una amenaza real.

Foto: cubierta del portaaviones USS Abraham Lincoln, desplegado en estos momentos en el mar Rojo. Flickr de la US Navy.

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