La Vieja Europa se cae en pedazos, pero, como Gloria Swanson en ‘El crepúsculo de los dioses’ no puede dejar de aparentar que aún continúa siendo lo que fue. En la localidad de Fermanagh, en Irlanda del Norte, se va a celebrar la cumbre del G8, y tanto el Ayuntamiento como el Gobierno británico tenían que hacer algo para ocultar que la cita tendrá lugar en un erial económico.
Nada que no pueda solucionar una mano de pintura y unas fotografías. Los escaparates ofrecen una estampa envidiable, pero en este caso todo se queda en eso, en la fachada. Lo cuenta el reportero de The Irish Times Dan Keenan:
«Lo que han hecho es colocar en el escaparate una fotografía de lo que había en esa tienda antes de que se cerrara o se arruinara (el dueño). En otras palabras, en las tiendas de alimentación, carnicerías, farmacias, lo que sea, han puesto grandes fotografías para que, si pasas en coche rápidamente y echas una mirada a los escaparates, parezca que se trata de negocios boyantes. Es un intento de las autoridades locales de que el lugar tenga un buen aspecto para los líderes del G8 y sus acompañantes. Intentan tapar una recesión que ha golpeado muy duramente esta zona de Irlanda».
Aquí está el artículo de Keenan y las fotos. El coste de adecentar las fachadas de un centenar de comercios, unas 300.000 libras, ha corrido a cargo de Londres. Ahora que se ha conocido el ardid, lo que iba a ocurrir más tarde o más temprano, esas tiendas falsas serán un motivo mayor de curiosidad. Pero da igual que el truco sea casi infantil. A los europeos, ya sólo nos queda bajar por la escalera, como Norma Desmond, aprovechando las últimas cámaras disponibles.
Joe: Usted es Norma Desmond. Salía en las películas mudas. Era usted grande.
Norma: Soy grande. Son las películas las que se han hecho pequeñas.
Será mejor que Norma no se tropiece al bajar. Es probable que la sanidad pública ya no le cubra más percances.
¡Qué gran historia, Íñigo! A ti te ha recordado la locura de Norma Desmond, pero yo he pensando enseguida en ‘¡Bienvenido, Mister Marshall!’, que al fin y al cabo nació de una historia similar, pero real: las aldeas falsas que el mariscal Potemkin construyó para que la emperatriz Catalina pensase que reinaba en una Rusia próspera y feliz. Detrás del decorado estaba la miseria.
Gran película, aunque tan deprimente como lo que estamos viviendo ahora. Buena analogia
El paralelismo con un «clásico» olvidado del comic es impresionante, y viene muy a cuento: «Tintín en el pais de los soviets», la primera aparición del personaje en la década de los 20, una impagable pieza de propaganda anticomunista en tiras diarias. El intrépido periodista procapitalista visita Rusia en una misión guiada, le muestran una impecable fábrica desde el frente, pero se las arregla para meterse detrás de la fachada, y lo que parecía una fábrica a todo tren no es más que una tramoya de trabajadores que hacen una fogata para que salga humo por la chimenea. Ese experimento falló, gracias entre otras cosas al acoso exterior del que este cómic es un paradigma temprano, pero la farsa del capitalismo está mucho mejor armada, aunque entre en decadencia cada tanto: cuenta con el poder de coerción más fabuloso de todos los tiempos para mantenerla en pie.
Lo que me pregunto es por qué cojones han escogido ese sitio en vez de cualquier otro en el RU que esté boyante de veras, que hay pocos, pero los hay (y no todos son pijos).
Tengo mi teoría: el condado de Fhear Managh tiene la siguiente distribución de electos para su gobierno: Sinn Féin 9, UUP 6, DUP 4, SDLP 3 y 1 independiente (y manda un diputado al parlamento británico que es del Sinn Féin). Es probable que como los unionistas estén pidiendo favores a Cameron, este les pague con una gilipollez para luego restregársela por la cara cuando pidan cosas de más calado. Porque ahí es nada, ser sede de una reunión de retromongos buenos comedores y mejores bebedores, en plena zona comanche de tu protectorado británico. Que se vea que el Ulster sigue siendo británico, aunque esté hecho una braga con frenazos.
Wow! exelente articulo… Una Gran película, aunque tan deprimente como lo que estamos viviendo ahora. Buenaaa!
Grigori Potiomkin, amante de Catalina II de Rusia, parece ser que ya hizo algo similar para organizar la visita triunfal de la zarina a Crimea en 1787.
Siguiendo con las comparaciones y los precedentes, recuerdo un tbo de Mortadelo, donde ante una visita para conceder una subvención a la Tía, ponen en práctica la misma estrategia de aparentar gran opulencia. Al final como no, el funcionario viendo lo bien que les va y tal despliegue de medios, decide no conceder la tan necesitada subvención.
«De acuerdo con una fuente autorizada (Montefiore, S.: The life of Potemkin: New York: St. Martin’s Press, 2000), la leyenda de Potemkin es falsa. Potemkin nunca montó villas falsas; este rumor fue difundido por sus enemigos de la corte. El concepto de Villas de Potemkin, asimilado a una fachada mentirosa, se ha convertido, sim embargo, en parte de nuestra herencia cultural.»
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Vaya, el mismo truco de engañar al ojo con las viandas llenas que en la Unión Soviética. Si al final va a resultar que ni siquiera son originales. A tal nivel de hipocresía global hemos llegado que exhibiendo fotos de jamones ya somos prósperos?