Tiene que ser duro ser general norcoreano y recibir la visita de Kim Jong Un. Se nota que tiene opiniones sobre todo. Y no tiene que dar mucha tranquilidad verle agitar la pistola tan cerca en plena demostración de a saber qué.
Para los amantes de escenas más entrañables, tenemos esta visita a un colegio de primaria en julio de 2012. Al menos, sonríe mucho más que su padre. De hecho, no para de sonreír.
Parece uno de esos niños mongólicos que no son capaces de estarse quietos. Después de cargarse a Bin Laden el próximo objetivo de la CIA debería ser este tío…
Estás en campaña ¿eh?
Así que : «Niños mongólicos» ¿eh?
Que usted sea un malparido… perdón; un malentregado, tampoco debe ser para sentirse muy satisfecho.
Cuando se juega al frontón racista, pasan estas cosas.
no crees Íñigo que para escribir chorradas sobre Corea del Norte ya se bastan los medios generalistas?