El plástico, un producto que forma parte esencial de nuestras vidas, se ha convertido en una amenaza real para el medio ambiente y la salud de los seres humanos. Su carácter omnipresente en multitud de productos de consumo diario o en su envoltorio nos hacen pensar que desaparecen al tirarlos a la basura. Gran error. Los polímeros sintéticos pueden durar entre 500 y mil años.
8.300 millones de toneladas de plástico fabricadas desde su invención. 335 millones de toneladas sólo en 2016. Ocho millones de toneladas acaban en el mar cada año. Y desde allí vuelven hasta nosotros.
Los microplásticos son trozos de plástico de menos de cinco milímetros. Ya han entrado en la cadena alimenticia de los peces, y por lo tanto en la nuestra. Es la forma en que ese producto que depositamos en la basura vuelve a nuestro cuerpo.
Un reportaje de National Geographic recuerda que los plásticos tuvieron un origen natural hace miles de años en México cuando los olmecas hacían pelotas hechas de látex, obtenido de los árboles, para sus juegos. En su producción industrial contemporánea, el primer paso tiene lugar con la extracción de combustibles fósiles.
Un reportaje de Sky News revela a los británicos qué ocurre con los productos de plástico que separan y que depositan de forma separada para que sea reciclada. Lo cierto es que en los últimos años se han enviado a China para que se realice ese proceso. El Reino Unido no es el único país que ha exportado ese problema.
China ha importado el 45% de los productos de plástico destinados a su reciclaje desde 1992. Este año, ha decidido poner fin a esa importación masiva de basura porque no tiene capacidad industrial para realizar esa labor. Hasta ahora, EEUU enviaba 4.000 contenedores diarios llenos de plástico a China para su reciclaje. Es difícil saber qué pasará a partir de ahora.
Se ha llegado a encontrar una bolsa de plástico en la base de la Fosa de Las Marianas a unos 11.000 metros de profundidad.