Las últimas estimaciones oficiales indican que el consumo de heroína y cocaína han experimentado un claro descenso en los últimos años en Europa. Será que las han sustituido por la austeridad presupuestaria. Es un droga muy difícil de abandonar porque vivimos tiempos en que los políticos experimentan un placer especial en infligir dolor a los ciudadanos.
Los planes económicos presentados ayer en el Parlamento por George Osborne adelantan que el Gobierno británico no podrá dejar en cero el déficit estructural al final de esta legislatura como pretendía conseguir. Necesitan dos años más, dicen las nuevas previsiones, con lo que serán seis años de austeridad, dolor y pasión.
0,9% de crecimiento del PIB este año, 0,7% el siguiente. El 2,1% en 2013 y ahora sí, esta cifra se contempla en general con considerable escepticismo, dado el éxito de anteriores y más optimistas previsiones. 710.000 trabajadores del sector público despedidos entre el primer trimestre de 2011 y el primero de 2017 (la cifra anterior era de 400.000). El crecimiento de la renta a disposición de las familias no volverá a crecer de forma significativa hasta 2015, un año más tarde de lo previsto. Tras dos años de congelación salarial, los funcionarios sólo verán crecer el sueldo un 1% anual durante otros dos años (la inflación está ahora en el 5%), y no el 2%.
El Gobierno tendrá que pedir prestado 185.000 millones de libras más de las calculadas para el periodo 2011-2015. Obviamente, las condiciones son mucho mejores que las de la mayoría de los países de la eurozona, pero sigue siendo mucho dinero.
Pero el rumbo no puede torcerse bajo ningún concepto. Es cierto que se lanzan varios huesos para calmar a los sectores del partido conservador que comienzan a ponerse nerviosos. Algunos proyectos de infraestructuras (6.000 millones en carreteras y ferrocarril), cancelar una subida de los impuestos de combustibles (un detalle con The Sun, que había lanzado una campaña con este fin), empleo juvenil (se acaba de superar la cifra de un millón de jóvenes de 18 a 24 años en paro).
Una lista de regalos que ha molestado a The Sun y al Daily Mail porque les recuerda a la época de Gordon Brown (qué horror), experto en esparcir presentes de este tipo en sus presupuestos cuando dirigía el Ministerio de Hacienda.
The Times, Financial Times y Daily Telegraph se han mostrado a favor de los planes de Osborne en distinto grado. Elogian que el ministro se atenga al plan A frente a los que le piden «una estrategia de crecimiento», palabras clave también conocidas como plan B. Y entre ellos hay muchos tories que quieren que Cameron eche mano del manual thatcheriano y empiece a bajar impuestos, y al diablo con la austeridad.
Lo cierto es que cuando un Ministerio dice que tiene preparado un plan B por si las cosas vienen mal dadas, aunque lo tenga no lo desvelará porque en ese mismo momento el plan A pasa a estar muerto.
El director adjunto del Telegraph, Benedict Brogan, está a muerte en esto con el Gobierno, pero en el mismo periódico James Kirkup se hace la pregunta del millón de libras. ¿Estarán dispuestos los votantes a extender otro cheque en blanco a los conservadores y prorrogar la era de austeridad no menos de dos años más cuando lleguen las elecciones?
¿Llegará tan lejos la disciplina inglesa?
De ahí la cara de susto que ponía ayer en algunos momentos David Cameron mientras escuchaba a Osborne.
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Con este panorama, no es raro que el PMQ (Prime Minister’s Questions) de hoy haya sido brutal.
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Flashback:
—Estancamiento. Julio 2011.
—Qué ocurre cuando cortas el grifo del gasto público (y no puedes endeudarte más). Junio 2011.
—Rajoy debería suscribirse a The Times. Noviembre 2010.
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