Worth sharing: Here’s how the #IranDeal would shut down Iran’s pathway to a nuclear weapon → http://t.co/BWuabs0TNz pic.twitter.com/8aYQi2KEgq
— The White House (@WhiteHouse) abril 8, 2015
Sabemos que la Casa Blanca ha dado por imposible a Netanyahu en la campaña a favor del acuerdo con Irán sobre su programa nuclear. Sería una pérdida de tiempo intentar convencerlo porque, por mucho que el primer ministro israelí diga que su alternativa no es la guerra, Israel nunca aceptará un programa nuclear civil en Irán que incluya el enriquecimiento de uranio.
Lo curioso, por poco habitual, es que la cuenta de Twitter de la Casa Blanca utilice una imagen conocida del discurso de Netanyahu en la ONU cuando se plantó en Naciones Unidas con un diagrama (for dummies). Sólo faltaba el BOOM que aparece en los cómics.
En la respuesta, la Casa Blanca reduce el porcentaje de probabilidades de que Irán consiga fabrica una bomba nuclear al 0%. Esa es la idea del acuerdo: conseguir que Irán no pueda llegar a ese punto en al menos 15 años, siempre que cumpla todos sus puntos. Sin plutonio y sin uranio enriquecido por encima del 20% en cantidad significativa, la bomba no es posible.
Un buen ‘troll’ no cuida los detalles. Por eso, en Vox terminan diciendo que el dibujo de la Casa Blanca es tan manipulador como el de Netanyahu. Si todo se reduce a un porcentaje, no se puede afirmar que Irán vaya a quedarse en un 0%. A fin de cuentas, el pacto permitirá a los iraníes conservar 6.000 centrifugadoras –un número que sí es escaso–, que podrán seguir siendo utilizadas para enriquecer uranio. Hay que recordar que el primer obstáculo tecnológico es alcanzar un 4% de enriquecimiento de uranio. A partir de ahí, todo es más fácil.
Lo que no dicen en Vox, y es algo que tampoco se puede reducir a un dibujo, es que no puedes bombardear el conocimiento científico. No se puede ‘desinventar’ esa tecnología ni los científicos iraníes pueden olvidar todo lo que saben. Por eso, el acuerdo es la mejor oportunidad para impedir que Teherán fabrique una bomba –algo que siempre ha negado que tenga intención de hacer–, sin declarar una guerra, cuyo resultado a largo plazo sólo podría ser convencer a los iraníes de que tienen que llevar el proceso hasta el final.
Es más difícil defender ese argumento cuando en Israel y EEUU hay tantos políticos y periodistas que creen que no hay problema que no se pueda resolver con una buena ración de bombardeos aéreos.