Me resulta difícil valorar la intervención de Hugo Chávez de este jueves sobre su estado de salud. Resulta emotiva y hasta dramática pero la pregunta que me hago es si es de verdad una despedida o sólo un ejemplo de su fervor religioso. Cuando pones tu destino en manos de Dios de esta manera es porque los médicos ya han llegado al límite de sus soluciones.
«Dame vida. Que sea vida llameante, vida dolorosa, no me importa. Dame tu corona, Cristo. Dámela que yo sangro, dame tu cruz, 100 cruces, que yo las llevo, pero dame vida. No me lleves todavía, dame tus espinas, dame tu sangre, que yo estoy dispuesto a llevarla pero con vida».
Este sábado regresa a Cuba para seguir su tratamiento contra el cáncer. Según O Globo, no se descarta que viaje a Brasil con el mismo motivo en los próximos días, pero esa información no está confirmada en Venezuela.
Ayer Chávez intervino por teléfono en un programa de la televisión venezolana. Y cantó.
Este no llega a Navidad…