Ahora es cuando algunos candidatos republicanos comienzan a ponérselo difícil a Mitt Romney. Fuera guantes, munición en el cargador y rifles en posición de disparo. La diferencia con lo que se podía esperar es que el ataque no va contra la condición de moderado de Romney dentro del universo ideológico del partido republicano. Eso no va a funcionar porque el voto más conservador aún se reparte entre demasiados aspirantes.
Van a por el Romney empresario (el supuesto punto fuerte de su candidatura), y los argumentos son interesantes en la medida de que los demócratas podrían utilizarlos sólo con algunos cambios semánticos en un hipotético duelo frente a Obama. Es una de las razones por las que es tan difícil derrotar a un presidente en ejercicio. Unas largas primarias pueden desangrar al vencedor y además sirven de campo de pruebas previo a la contienda definitiva.
Las imágenes del vídeo corresponden a una película de 27 minutos sobre la época de Romney al frente de Bain Capital, especializada en reflotar empresas o asesorarles en épocas de crisis, sanearlas (traducción: despedir trabajadores) y venderlas. La compañía ganó mucho dinero, con lo que algunos éxitos tuvo. El precio fue muy alto para la gente que perdió su puesto de trabajo (lo que en EEUU supone con frecuencia la pérdida del seguro médico) mientras los consultores de Romney facturaban millones de dólares por sus inestimables servicios.
Lo interesante es que la campaña de Gingrich ha comprado los derechos de este documental para utilizar algunos fragmentos en anuncios (ya se están emitiendo en Carolina del Sur). Frente al mensaje discutible de Romney de que Bain Capital ayudó a crear 100.000 empleos (algunos bromean diciendo que la mayoría está en China por la deslocalización, otros no bromean cuando lo denuncian), la realidad es que otros muchos miles se perdieron cuando su empresa entró en acción.
Y no sólo con anuncios. El mismo Newt Gingrich, que ya no tiene mucho que perder, utiliza la palabra «saqueo» para referirse al pasado empresarial de Romney.
Those of us who believe in free markets and those of us who believe that in fact the whole goal of investment is entrepreneurship and job creation would find it pretty hard to justify rich people figuring out clever ways to loot a company, leaving behind 1,700 families without a job.
No se vayan todavía. Aún hay más. Rick Perry también mencionó el «saqueo» y no se quedó ahí.
If you are a victim of Bain capital’s downsizing, it’s the ultimate insult for Mitt Romney to come to South Carolina and tell you he feels your pain — because he caused it.
Ouch. Cómo duele eso. Y lo que dolerá en una campaña ante Obama cuando se cuenten esas historias en los estados del Medio Oeste muy castigados por la crisis industrial: Michigan (16 votos en el colegio electoral), Pennsylvania (20), Ohio (18)…
Para terminar de arreglarlo, Romney dice que «me gusta despedir a la gente» (tranquilos, se refiere a las empresas que le facilitan servicios, por ejemplo en la cobertura sanitaria), pero en el contexto de su pasado empresarial no es la forma más inteligente de explicar su posición.
Un último sondeo en New Hampshire, donde votan mañana, mantiene a Romney al frente con el 33%. Por detrás, Ron Paul, 20%, Jon Huntsman, 13%, Newt Gingrich, 11%, y Rick Santorum, 10%. En poco más de una semana, Romney ha perdido casi diez puntos y Huntsman juega el mismo papel que Santorum en Iowa. De estar desahuciado ha pasado a escalar posiciones con rapidez. Puede que una victoria más ajustada deje a Romney en una situación vulnerable. Se daba por hecha una diferencia mayor y, por tanto, las expectativas creadas jugarían en su contra.
Florida –vota el 31– es la última parada del mes con el que Romney quería dejar sentenciada la carrera. Un sondeo publicado hoy da estos datos: Romney, 36%, Gingrich, 24%, Santorum 16%, Paul 10%.
Da la impresión de que Romney tendrá que seguir trabajando en febrero.
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Romney, en el centro, en su época de Bain Capital. Ahora estará lamentando haberse hecho esta foto descubierta por el Boston Globe.
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