A principios de los años sesenta, Henry Luce, dueño de un imperio editorial del que formaban parte las revistas Time y Life, decidió intervenir para impedir que el comunismo se extendiera por Latinoamérica. En 1961, Life envió a un fotógrafo a Brasil para que reflejara el impacto de la pobreza en Río de Janeiro. La idea era enviar el mensaje de que EEUU debía aumentar su ayuda a esos países, porque de lo contrario los comunistas se aprovecharían.
El reportaje tuvo un efecto singular. La revista gráfica brasileña O Cruzeiro, de estilo similar a Life, envió a un fotógrafo a Nueva York con la misma intención: mostrar las miserables condiciones de vida de una familia de inmigrantes de Puerto Rico en Manhattan.