Anatoly Klyan, de 68 años, es el tercer periodista ruso que ha muerto en Ucrania. En las imágenes se ve a Klyan en sus últimos momentos cuando está siendo evacuado. Está en un autobús en un viaje organizado por un grupo prorruso con destino a una base militar. También estaban madres de soldados ucranianos que pretendían convencer a sus hijos para que abandonaran la base.
Cuando el autobús se acercó a la base de noche, comenzaron los disparos procedentes de la base, con lo que tuvo que retroceder. Unos 500 metros más atrás, el vehículo paró y algunos de sus pasajeros bajaron para fumar un cigarrillo. En ese momento, la zona se iluminó por el lanzamiento de una bengala y el grupo volvió a ser tiroteado.
Klyan recibió un tiro en el estómago. Trabajaba como cámara para el primer canal de la televisión pública rusa.
Según sus compañeros, cuando le sacaron del autobús, sus últimas palabras fueron: «La cámara. La cámara».
«La muerte de un periodista ruso muestra una vez más que las fuerzas de seguridad ucranianas no quieren un descenso del conflicto armado en la zona oriental y que están bloqueando un ya frágil alto el fuego», ha dicho el Ministerio de Exteriores en un comunicado.