Dos noticias de este lunes, una falsa y otra real, para confirmar que la normalidad, la de toda la vida, regresa con todo su empuje. «La afición del Real Madrid saldrá al balcón a las ocho de la tarde para aplaudir a los árbitros», titula la web satírica El Mundo Today. «Argumentarios del PP piden usar las cifras de los muertos contra el Gobierno en la campaña de Euskadi y Galicia», titula este medio.
Aficionados al fútbol, pegándose por las decisiones de los árbitros al final de la temporada. El Partido Popular, tirando de cadáveres en una campaña electoral. ¿Dónde está la nueva normalidad de la que tanto hablaban? Esta película ya la habíamos visto. Antes eran las víctimas del ETA o las del 11M y ahora salen a escena las víctimas del coronavirus. En su primer punto del argumentario, los responsables de comunicación del PP escriben «Basta ya de mentiras»: «Es un escándalo que el INE, el Instituto Carlos III y las funerarias señalen un desfase de varios miles con respecto a las cifras de Moncloa».
Lo extraño sería que dieran la misma cifra si están utilizando bases de datos diferentes con criterios que no son los mismos. Esa diferencia entre muertes con pruebas de coronavirus y exceso de mortalidad existe en España y también en Francia, Italia, Reino Unido y muchos otros países del mundo. No cabe llamarse a engaño. En el segundo dato, es probable que la gran mayoría de los fallecimientos tenga su causa, directa o indirecta, en la pandemia.
El Ministerio de Sanidad cometió un error cuando decidió durante tres semanas dejar de dar la cifra total de fallecidos con los criterios existentes hasta entonces. Tenía su lógica: era más importante vigilar la evolución de la pandemia en los últimos días en materia de contagios de cara a las últimas fases de la desescalada antes que seguir sumando totales de muertos ocurridos en días anteriores.
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