Edward Dark (un seudónimo de un residente en Alepo) escribe desde la ciudad siria cuyas zonas controladas por los insurgentes llevan más de una semana recibiendo los ataques indiscriminados del Ejército. Desde helicópteros se lanzan barriles cargados de hasta 500 kilos de TNT y de metralla que estallan en el suelo provocando una gran destrucción y numerosas bajas entre la población civil. «Las bombas caen como lluvia sobre Alepo», dicen sus habitantes.
«Mientras los hospitales sin el material y los suministros adecuados intentaban hacer frente a la llegada de heridos, las bajas seguían aumentando. Se calcula que en ocho días de bombardeos 364 personas murieron y muchas otras quedaron heridas o mutiladas. La gente cavaba, a veces con sus propias manos, para sacar a aquellos atrapados bajo los escombros de edificios destruidos. Los civiles encajaron lo peor del baño de sangre, como es habitual. Las condenas tanto en el país como en el extranjero no sirvieron para poner fin a los ataques que no dejaron indemne a ninguno de los barrios del este de Alepo en poder de los rebeldes.
Lo que hizo que la carnicería fuera completamente insoportable fue su carácter indiscriminado. Los helicópteros que lanzan las bombas lo hacen a gran altitud, más allá del alcance de las antiguas armas antiaéreas de los rebeldes. Un ataque contra objetivos a esa distancia utilizando munición tan primitiva es un absurdo.
Por tanto, estos ataques indiscriminados sobre zonas muy pobladas siembran el miedo y el terror en la gente y hacen que prefieran huir de esa zona, lo que es probablemente la intención de los ataques. Por sangrientos y brutales que parezcan, no son actos irracionales, sino parte de alguna estrategia por retorcida que parezca».
Pues no, no se ha oído ninguna condena por Occidente. Al menos yo no la he oído. Este tipejo (al-Assad), ha perdido completamente el norte. Es seguro que esta guerra no acabará nunca sin la caída de al-Assad; el pueblo sirio no se va a conformar. Ya no puede.Pero es que, además es seguro que los aliados de al-Assad están detrás de estas estrategias de matanzas indiscriminadas.
¿Esto es de fiar? Porque si bombardean de esa manera tan absurda, lo sorprendente es que no haya decenas de miles de muertos. Los guionistas del pentágono desde luego les debe costar mantener la horizontalidad entre visita y visita a la terapia de abandonar el alcohol, porque esto es de delirium tremens.
Occidente ya está p’allá. Mientras Kerry se reune ya abiertamente con los musulnazis y les da la patada en el culo a los «demócratas» del Ejército Libre y demás, estos últimos se ponen a negociar con el régimen o directamente le juran adhesión inquebrantable. Todo esto no tiene sentido, el régimen ha ganado la guerra y esto ya no da más de sí.
El daño colateral más bien se lo va a llevar Turquía. Erdogan puede escoger entre estar amortizado o acabar en el trullo. Yo ni descartaría un golpe en Turquía. Las derechas musulmanas moderadas seguirán apostando por el sistema democrático occidental (que hacen muy bien además), pero parece que sus patrocinadores se han cansado del juguete.
Fe de no errores: sí, «horizontalidad». Doy por hecho que están tirados por los suelos.
Mas informacion sobre los barrilles ( que llevan usandose lo menos año y pico )
http://brown-moses.blogspot.com.es/2013/12/syrias-barrel-bomb-technology-relative.html
Aqui todas las entradas del tema desde el principio el verano de 2012
http://brown-moses.blogspot.com.es/search/label/barrel%20bomb
Si el Doctor Pointer me promete verlos uno a uno, le coloco unas docenas de videos de los bombardeos para que nos haga un analisis tecnico de los efectos especiales y descubra a los dobles que se pueden pillar riendose delante de camara .
Si es capaz de verlos todos , despues le coloco algunos unas explosiones aun mas gordas de toma de Kindi y de bonus un par de decapitados un tanto graciosos ( «Decapitaron al equivocado» y «el hezbolita al que quieria su mama y unos yihadistas sunies rescataron cuando estaba herido»)
Pingback: Las bombas caen como lluvia sobre Alepo
Jon:
¿No se estará, usted, refiriendo al gran Eliot Higgins, dizque experto en todo tipo de armamentos, sin haber tocado un solo arma en su vida, ni vida militar alguna, que le hubiera servido para, al menos, hacer una guardia y, después ser elevado a los altares mediáticos, sin más, por los grandes medios occidentales?
Me temo que le han dado gato por liebre.
¡¡!Ah! Y esa patética historia de los barriles lloviendo, se lo explico, traducido:
Han bombardeado el cuartel general de la EIIS y están bastante jodidos…
Mikel, si te hubieras leído el primer artículo que enlaza Jon sabrías que el autor del estudio es Richard M. Lloyd, especialista en ojivas del Tesla Laboratory Inc. http://www.linkedin.com/pub/richard-lloyd/31/120/628
Por otra parte, el trabajo que lleva realizando Eliot Higgins desde hace años es impecable. No te dejes llevar por el sectarismo e infórmate mejor antes de dar tu opinión, te lo agradeceremos todos y dejarás de dar vergüenza ajena.
Señor gañan:
¿Como piensa usted qué, este Moses, puede ser impecable como experto en armas (Que es como ha sido promovido), cuando solo las conoce de las películas de Hollywood?
Ese personaje tiene una agenda con evidente sesgo (que por ello cobra) y no voy a ser yo quien se la discuta; simplemente me entra la risa floja. Sus «análisis» del ataque químico de Ghouta es su encumbramiento de la manipulación.
Impecable, dice…
Para el que no haya leído la noticia: el New York Times informa de que tras la visita del primer ministro iraquí (Maliki) a EE.UU. para pedir misiles y drones para combatir a «al-Qaeda» (o sea, acabar con las manifestaciones de la oposición), EE.UU se los ha enviado ya. ¿Armar al «gobierno» chiíta en Irak, y a la oposición sunnita en Siria? ¡Qué disparate! Algo no cuadra aquí.
¿Estrategia? Desplazar a lo bestia a la población de las zonas controladas por los rebeldes desde las que se les dispara, ergo todo el que se queda a posteriori en esas zonas son considerados rebeldes. Sólo hay que ver los vídeos de la Abkhazian Network News Agency (ANNA), que ponen sus cámaras en tanques del Ejército Sirio: las tácticas militares del Ejército Sirio rallan la negligencia más grave con los posibles no combatientes, y son de una sencillez aplastante: arrasan con todo allá por donde se mueven. Disparan preventivamente a tutiplén, contra todo. No tienen ni puñetera idea de lo que es hacer una guerra en una zona urbana. En cuanto a los barriles, es una bomba barata: ¿acaso es peor un barril cargado de TNT que una bomba de aviación hecha en Rusia? Todo esto de los «malvados» barriles me huele mucho a la propaganda sobre las guerras «quirúrgicas» de Occidente, que con su altísima tecnología y sus cámaras de infrarrojos todos sabemos que sólo matan a los malos y nunca a inocentes civiles. ¡Qué puta es la guerra!, ¿verdad?
Os dejo un fragmento de la biografía de Robert Graves que combatió en la primera guerra mundial donde deja claro que la peor bomba alemana en las trincheras era precisamente un barril de metralla y más pequeño que el que parce se usa en Siria.
«Nuestra peor amenaza la constituía el bote de metralla alemana; se trataba de un tambor de una capacidad de ocho litros, provisto de un cilindro con aproximadamente un kilogramo de explosivo llamado amonal que tenía el aspecto de pasta con salmón, olía a mazapán, y, cuando explotaba, hacía un estruendo de mil demonios. La parte hueca en torno del cilindro contenía metal de desecho, al parecer requisado a los campesinos franceses detrás de las líneas alemanas: clavos herrumbrosos, fragmentos de obuses ingleses y franceses, cascos de balas, y las tuercas, tornillos y clavos que los grandes camiones de transporte dejan al pasar por los caminos. En una ocasión hicimos la disección de un bote de metralla no explosionado, y encontramos, entre otras cosas, las ruedas dentadas de un reloj y la mitad de una dentadura postiza. Era fácil oír la aproximación de un bote de metralla; en el aire parecía inofensivo, pero su estallido era tan temible como el de la bomba más pesada. Sólo los refugios más profundos se libraban de sus efectos; aquellos dientes postizos, los clavos herrumbrosos y las ruedas dentadas volaban por todas partes. No lográbamos entender cómo disparaban los alemanes un proyectil de aquel tamaño. El problema permaneció insoluble hasta primeros de julio, cuando el batallón atacó desde las mismas trincheras y descubrió un cañón de madera enterrado en el suelo, provisto de un mecanismo de precisión. Los artilleros de aquella pieza quisieron rendirse, pero nuestros soldados habían jurado desde hacía meses darles su merecido.”
Más adelante Graves comenta que en su compañía habían tenido 300 bajas por este motivo pero que a los mandos no les parecían tantas porque entre ellas no había oficiales.
Pasaje de: Graves, Robert. “Adiós a todo eso.”