La mayoría de los detenidos en la gran purga saudí ha comenzado a soltar la pasta. Lo vendieron como si se tratara del paso previo a una operación judicial para acabar con la corrupción en el país, una etapa imprescindible en la modernización de Arabia Saudí. En realidad, todo consistía en exprimir a los detenidos.
Un mes después de que decenas de príncipes, empresarios y exministros fueran confinados en un hotel de lujo –aunque el servicio de habitaciones y el tratamiento no estaba a la altura de las cinco estrellas del local–, el fiscal general anunció que la mayoría había llegado a «acuerdos económicos» para devolver al Estado el dinero supuestamente obtenido ilegalmente.
En una visita a EEUU, el ministro de Comercio comentó que esperan recaudar entre 50.000 y 100.000 millones de dólares de esta forma.
El príncipe Miteb bin Abdullah, hijo del anterior monarca y destituido como jefe de la Guardia Nacional, ya está en su casa después de haber aportado 1.000 millones de euros, según AFP. 135 de los detenidos continúan encerrados. En todo este proceso, jueces y abogados no han tenido un papel muy relevante, aunque el Gobierno dice que a su debido tiempo la Fiscalía presentará cargos contra algunos de los detenidos. Sobre todo, los que no quieran hacer una modesta aportación económica.
Se dice que la purga fue un mensaje del futuro rey, Mohamed bin Salmán, a la élite del país: los negocios no pueden ser como antes. Hace unos días, ha habido otro mensaje inconfundible: esas reglas valen para todos, no para MbS.
El escenario estaba lejos del Golfo, en la sala de subastas Christie’s en la que se adjudicó el cuadro de Leonardo ‘Salvator Mundi’, por 450 millones de dólares, la mayor cifra jamás pagada por una obra de arte.
En primer lugar, el príncipe saudí Bader al Saúd, que ocupa una posición menor en la familia real y que hizo en el pasado compras de arte en nombre de otras personas, fue identificado en el NYT como el comprador. Después, el WSJ anunció que el nuevo dueño de la obra de arte no era otro que el propio MbS, citando fuentes de inteligencia de EEUU y un experto en arte que conoce las compras que se hacen desde los países del Golfo. MbS y Bader se conocen, porque coincidieron en la universidad y el segundo fue nombrado presidente de una empresa controlada por la familia Salmán desde hace décadas.
La rivalidad con Qatar y la alianza saudí con los Emiratos Árabes también tiene un papel en esta historia. La realeza qatarí ha sido muy activa en la compra de obras de arte en subastas internacionales en los últimos años y cuenta con el Museo de Arte Islámico como su gran estandarte museístico. Los emiratíes acaban de inaugurar su propio Louvre. El gran museo de París ha vendido su marca a Abu Dhabi a golpe de talonario. 525 millones de dólares por la licencia y 750 millones por asesoramiento.
Una bailarina de Degas en el Louvre de Abu Dhabi. Foto: EFE
El cuadro de Leonardo tenía un interés añadido para MbS. Hace seis años, Sotheby’s ofreció a la familia real qatarí la compra de ‘Salvator Mundi’ por 80 millones de dólares, según el WSJ, oferta que fue rechazada. Fue finalmente adquirido por un multimillonario ruso que lo puso a la venta a través de Christie’s en noviembre.
El caso del cuadro dio otro giro cuando el Louvre de Abu Dhabi anunció el 6 de diciembre que pronto contaría con él en sus instalaciones. Dos días después, dijo que había sido adquirido por el Ministerio de Cultura y Turismo. La versión de la embajada saudí en Washington es que el príncipe Bader lo había comprado por encargo de los emiratíes.
No es eso lo que contó el FT, citando una fuente conocedora del trato, que informó de que Bader hizo la compra por orden de MbS con la intención de que fuera un regalo de Arabia Saudí a los Emiratos. «Se supone que es un regalo de Estado a Estado, como cuando Francia regaló la Estatua de la Libertad a EEUU», dijo esa fuente al periódico.
Las medidas de austeridad puestas en marcha por el Gobierno saudí desde la caída del precio del petróleo han sido duras este año. El déficit presupuestario en los nueve primeros meses de 2017 ha sido un 40% menor que en el año anterior.
Los datos se han visto favorecidos por el aumento del precio del barril Brent este año. Está ahora por encima de 63 dólares el barril, su punto más alto de los dos últimos años. Pero la política de seguir quemando las reservas del país no podía continuar para siempre. Llegaron a alcanzar los 737.000 millones de dólares en agosto de 2014, una cifra gigantesca. En septiembre de 2017, ya estaban en 485.000 millones.
El príncipe heredero de los Emiratos, Mohamed bin Zayed, es el mejor aliado de MbS en Oriente Medio. Más que socios, son amigos, y ambos han trazado la estrategia que ha llevado a la guerra de Yemen, y su catástrofe humanitaria, y al enfrentamiento con Irán en todos los frentes.
El recorte de gasto público tiene ciertos límites para Mohamed bin Salmán. La austeridad es prescindible si hay que gastar 450 millones de dólares en hacer un regalo especial a su amigo de Abu Dhabi.