Grecia parece sola, pero sólo de puertas para fuera. Los griegos parecen haber dato un voto de confianza a su Gobierno, más allá del apoyo lógico de los votantes de los dos partidos que lo integran.
Even 41% of New Democracy voters support #Greece gov stance to re-negotiate terms, 75% in total backing, new poll pic.twitter.com/G5vtxs7vsE
— Yiannis Mouzakis (@YiannisMouzakis) February 10, 2015
Esta encuesta muestra un amplísimo apoyo también entre votantes de otros partidos. Y comparten esa posición el 41% de los de Nueva Democracia, que digo yo que estarán algo resentidos por su derrota en las urnas. Es cierto que hay un componente de orgullo nacional. Hasta los votantes de Amanecer Dorado forman parte del grupo.
Casi todas las cartas tienen mala pinta para el Gobierno de Syriza. Tsipras y Varufakis han adaptado sus propuestas a la realidad en el tema clave de la deuda y el programa de asistencia financiera por las instituciones de la troika. En otros se han mantenido firmes (salario mínimo, privatizaciones, aumentar el gasto social para socorrer a los más desprotegidos). Por alguna razón, sorprende que un partido intente cumplir el programa electoral con el que ganó en las urnas.
A partir de la reunión del eurogrupo el miércoles, se verá si la posición oficial de los países del Frente del No (Alemania y aliados) continúa siendo la de no aceptar ningún cambio relevante: hay que obligar a Grecia a que siga aceptando dinero para que continúe pagando (sobre todo, al BCE) los intereses de los créditos ya recibidos. Opciones intermedias ofrecidas por Varufakis, que condicionan la devolución de la deuda al crecimiento, han sido rechazadas.
Alemania ha sido tajante. Schäuble ha cortado el martes cualquier especulación favorable (y las habido hoy procedentes de fuentes anónimas). No habrá un programa temporal para los próximos seis meses, dice el ministro alemán. Si Grecia quiere poner fin a la era de la troika, no hay más que hablar.
#Schaeuble «we want to hear something binding from #Greece on Wednesday…If they don’t want a new programme, its all over.»
— Joshua Raymond (@Josh_CityIndex) febrero 10, 2015
El eslabón débil de la cadena griega continúa estando en los bancos. Es difícil tomar la Bolsa como barómetro de su situación porque el mercado de valores de Atenas es una montaña rusa. Un día, disfruta de un fuerte ascenso, al día siguiente cae y vuelta a empezar. El martes, los bancos han subido una media del 20%. El mayor, Piraeus Bank, un 15%.
La retirada de depósitos es otro elemento, y más importante. Las últimas noticias son positivas. Según fuentes de los bancos griegos citadas por Reuters, ese ritmo de salida se ha ralentizado en febrero hasta un nivel de unos mil millones en este mes. No es poca cosa, pero está muy lejos de hacer que el sistema financiero del país salte por los aires.
Los griegos pueden apoyar a su Gobierno en un sondeo, pero tendrá un impacto mayor si lo hacen manteniendo su dinero en los bancos. Votar con el dinero. Eso sí que exige nervios de acero.