Este reportaje de Vice News nos coloca lo más cerca posible de los sucesos ocurridos en Charlottesville este fin de semana. En especial porque la periodista Elle Reeve y el cámara acompañan a los neonazis que convocaron la concentración. No nos permite saber exactamente quiénes son, pero sí cuáles son sus ideas. En cuanto al peligro que suponen, lo mejor es la frase que pronuncia uno de los promotores, Christopher Cantwell (después de dejar sobre la cama de su habitación todas las armas que llevaba encima): «Creo que mucha más gente va a morir aquí, francamente, antes de que acabemos».
También cuenta con imágenes de la noche anterior, de la marcha con antorchas en el parque donde está la estatua de Robert Lee, con gritos contra los judíos y el eslogan revelador de «Blood and soil» (sangre y tierra). Es decir, «Blut und Boden», una invocación fundamental para los nazis alemanes en los años 30. Esa es la concentración que Trump defendió por oponerse a la retirada de la estatua de Lee, aprobada por el Ayuntamiento.
En el reportaje aparece el momento en que la gente de Charlottesville pone fin a una rueda de prensa del principal organizador de la manifestación ultra, Jason Kessler, que decidió hablar ante los periodistas ante el Ayuntamiento de la ciudad. Después de unas pocas palabras, tuvo que salir huyendo cuando algunos pensaron que la provocación había ido demasiado lejos. Hay mejores imágenes del momento en este vídeo.
Protesters chased Jason Kessler away from his own press conference in Charlottesville. Here's my view: pic.twitter.com/fTXctHgzsi
— Blake Montgomery (@blakersdozen) 13 de agosto de 2017
Una de las conclusiones que se pueden sacar de las imágenes del reportaje de Vice News es que el desenlace pudo ser mucho peor. La pregunta es evidente: ¿dónde estaba la policía? Un principio básico de cualquier actuación policial cuando hay una manifestación y una contramanifestación es que no puedes dejar bajo ningún concepto que ambos lados se acerquen. Tienes que crear un perímetro y un cordón policial que impida que estén situados a muy pocos metros. La concentración de los ultraderechistas había sido autorizada por un juez. El Ayuntamiento y la Policía local no podían prohibirla. Eso no quiere decir que no pudieran legalmente hacer nada.
Tal y como se comporta la policía en EEUU –no hay que hacer mucho en una protesta en la calle para que te detengan–, su pasividad es difícil de creer. Tenían que haber controlado el parque mucho antes de la hora de comienzo del acto, las 12.00 hora local, para controlar la situación. Esperaron fuera de él hasta que el gobernador de Virginia declaró el estado de emergencia local, momento en que desalojaron el parque sin problemas. Pero lo que hacían a partir de ese instante era ocupar un parque vacío y el conflicto se había trasladado a otras zonas de la ciudad.
El gobernador destacó que muchos de los manifestantes ultraderechistas contaban con más armas que la policía. Eso no aparece en el reportaje de Vice News. El mismo sábado, vimos cómo un grupo de miembros de una milicia se presentó en Charlottesville con uniformes militares y armados con fusiles de asalto. La legislación sobre armas en Virginia permite este tipo de cosas. El jefe de policía local negó que sus fuerzas estuvieran intimidadas por esa demostración de fuerza. Pero el caso es que no aparecieron donde debían estar.