Gregorio Morán aporta algunas razones por las que la gente ya no confía en los medios de comunicación y en los periodistas:
«El dilema es sencillo aunque no fácil de resolver. O seguimos como museos de papel, publicitados por los que están interesados en que la realidad no aparezca ni por asomo, o retomamos el oficio y descubrimos a los lectores que cada día nos piden lo que ellos no alcanzan a saber. Cuando los graciosos australianos provocan un espasmo mediático porque suplantaron a la reina de Inglaterra, el idiotizado oyente se siente feliz por el engaño, pero al enterarse de que una pobre enfermera telefonista se ha suicidado porque la humillación y las presiones la han llevado al colapso, esa misma gente corrompida por las malas prácticas y la ausencia de cualquier cultura periodística, analfabetos tratando de no aburrirse en casa, entonces se escandalizan y exigen un castigo. Siempre hubo basura y calidad, este es un principio social que ya practicaron los romanos y con éxito. La cuestión clave es que cuando desaparece gente como Xavier Batalla uno no puede evitar referirse a lo más evidente: somos supervivientes de un mundo que construyó una cultura periodística imprescindible en nuestra formación como sociedad. Luego llegaron los Berlusconi autóctonos e intuyeron que se podían forrar sobre dos vigas que resultaron frágiles: la subvención y la estupidez de la gente».
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A Voice of Reason Falls Silent: Xavier Batalla, 1948-2012: La breve necrológica de Batalla en Time a la que se refiere Morán en el artículo.
Y ¿Qué decimos cuando los «periodistas» son reclutados como «carne de cañón»?
Hola,
Los artículos de Gregorio Morán son en el mejor ejemplo de la razón por la que no debe desaparecer el periodismo. Su reciente crónica de su marcha de Asturias es la parábola perfecta de la parálisis de las instituciones.
Siempre habla del detalle cuando habla de periodismo. Y creo que tiene razón. Su pueblo de Asturias como símbolo y El País como reflejo.
Gracias.