El aumento de las ejecuciones en Arabia Saudí en los últimos meses (26 en agosto, 59 este año) ha coincidido con los asesinatos de rehenes por ISIS, decisivos para provocar una respuesta militar por parte de EEUU. Hay un párrafo glorioso en una noticia de Reuters sobre este tema:
«Los defensores de la pena de muerte en Arabia Saudí afirman que las decapitaciones, que habituales se llevan a cabo con un solo golpe de espada, son al menos tan humanas como la inyección letal en EEUU. Lamentan que se hagan comparaciones entre las ejecuciones de criminales condenados en el reino y el asesinato extrajudicial de rehenes inocentes».
Por tanto, no se quejen. Tenemos verdugos muy buenos, no como esos chapuceros del ISIS, que realizan su trabajo con un solo tajo de espada. Terminarán diciendo que son ejecuciones humanitarias.
¿A qué se debe el aumento de ejecuciones en agosto? ¿Una coincidencia? Según una profesora de la London School of Economics, hay una intencionalidad política, otro rasgo que recuerda a la decisión de ISIS de eliminar a varios rehenes occidentales. Madawi al-Rasheed comenta que la aplicación de la pena de muerte puede ser una forma de intimidar a los rivales políticos del régimen saudí: «Vivimos tiempos volátiles y las ejecuciones tienen una intención cuando se hacen en masa».
La ley saudí permite que en caso de asesinato la familia de la víctima perdone al condenado a cambio de una indemnización económica. El artículo recuerda que «las vidas de mujeres valen la mitad que las de los hombres». Las vidas de no musulmanes también tienen un valor menor.
Los condenados cuyas familias no tienen mucho dinero están obviamente en desventaja. Lo mismo si no pertenecen a tribus poderosas que estén dispuestas a reunir el dinero necesario. De la misma forma, los rehenes de ISIS nacidos en países como EEUU y Reino Unido que no pagan rescates no tienen muchas esperanzas en que haya alguien que pague por ellos.
Los rehenes de ISIS no son presos, están en manos de una organización fanática para los que son una moneda de cambio o una forma de desafiar a Occidente. Los presos saudíes están en manos de un sistema judicial en el que se juntan las penas draconianas y una total falta de garantías y derechos para los acusados.
Desde luego, Arabia Saudí forma parte de la coalición internacional promovida por EEUU para luchar contra el fanatismo y terror impuesto por el ISIS en Irak y Siria.