David Rohde explica que «una combinación de criminalidad, yihadismo y caos» están detrás de los secuestros de periodistas extranjeros en la guerra de Siria. Lo escribe tras conocerse que 30 periodistas están secuestrados en Siria, de los que sólo se conoce el nombre de diez. La cifra fue dada a conocer por la ONG Committee to Protect Journalists en un intento de dejar patente el peligro que afrontan los periodistas que deciden cubrir esa guerra.
El número de sirios que trabajaban como traductores o conductores para periodistas que han sido raptados o asesinados es aún mayor, según el CPJ.
La mayoría de estos casos no son conocidos por deseo de las familias o de los medios de comunicación. En un primer momento, es la medida más inteligente. Si haces público el caso, es posible que un segundo grupo decida comprar el rehén al grupo que ha llevado el secuestro, y puede ocurrir que no lo haga con la intención de obtener un rescate, sino de eliminar a un periodista y presentar su cadáver como trofeo. Nunca sabes si las probabilidades de que algo así ocurra son muy altas, pero el riesgo obliga a no cometer ningún error.
Cuando pasa el tiempo, ese peligro es menor, aunque no desaparezca por completo. Si el periodista ha sido capturado por un Gobierno o por una fuerza insurgente reconocida por otro Gobierno, cabe la posibilidad de negociar su liberación o ejercer algún tipo de presión. En la situación actual de Siria, con muchos grupos armados sin una jerarquía clara, resulta extremadamente complicado saber con quién negociar. Como dice Rohde, que pasó siete meses secuestrado en Afganistán, dar notoriedad a un caso puede servir sólo para elevar el precio del rescate sin obtener ningún beneficio a cambio en la búsqueda de una solución.
18 periodistas extranjeros han muerto en Siria, menos que el año pasado (31). Es probable que sea una consecuencia de que hay menos reporteros allí, y no porque el peligro sea inferior.
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10 diciembre
Hoy se ha sabido que Javier Espinosa, de El Mundo, y el fotógrafo Ricardo García Vilanova están secuestrados desde septiembre. Ya se conocía el caso de Marc Marginedas, de El Periódico, en la misma situación desde ese mes.