«La tumba de Lenin». David Remnick:
Esther no tenía la menor idea de dónde había muerto su abuelo ni de dónde lo habían enterrado. Lo más probable es que le dispararan en la nuca. Y que estuviera enterrado en una fosa común en las inmediaciones de la ciudad de Gorky. Se lo imaginaba, pero no lo sabía.
En la Unión Soviética, imperio de supervivientes del Holocausto y de hijos de supervivientes, esta incertidumbre corrosiva era una condición normal de la vida. Como escribió Hanna Arendt: «El campo de concentración, al convertir la muerte en sí en algo anónimo (haciendo imposible averiguar si un prisionero estaba vivo o muerto), le robaba a la muerte su condición de punto y final a una vida de plenitud».
No estoy seguro de haber conocido siquiera a una persona sin un abuelo, sin uno de sus padres, sin un hijo, sin alguien penando en sus sueños, aún fantasmal por no poder fijar su muerte en el tiempo y el espacio. El superviviente puede por lo general imaginar la muerte de manera genérica (el delantal de plástico negro del verdugo, la fosa en el lodo helado). Pero el sufrimiento continúa por no haber un final. Es como si el régimen fuera culpable de dos crímenes a gran escala: el asesinato y el asalto interminable contra la memoria. Al hacer de la historia un secreto, el Kremlin transformó a sus súbditos en seres un poco más enfermos, un poco más desesperados.
Ángeles Carpeño, descendiente de una familia en la que seis personas fueron asesinadas en el franquismo.
«Hay quien se empeña en que nos olvidemos de los desaparecidos, de los secuestrados, de los asesinados impunemente. Que no tengan ningún miedo, no somos como ellos, sólo pedimos respeto para aquellas vidas. Es un acto de justicia y reconocimiento que todos les debemos».
No pretendemos que se olviden las personas asesinadas durante el franquismo;simplemente, nos resulta chocante que, sus deudos no quieran saber nada de las personas asesinadas durante la república, y, que, en muchos casos, fueron causa directa de lo sucedido posteriormente. Un saludo.
Mackero eres impresentable y no sabes ni lo que dices ni a quién se lo ecuchaste por primera vez.
Un abrazo
No si al final va a resultar que Franco nos rescató a todos de los malvados demócratas que querían civilizar este erial llamado España. Menos mal que estaban los curas y los fachas para salvarnos. Sieg Heil!
¿»Personas asesinadas durante la república»? Joder, lo que hay que leer.
@David Peñasco, @Atlas.
Antes y después del levantamiento franquista los republicanos asesinaron, intentaron dar sus golpes de Estado cuando lo creyeron conveniente, se opusieron al sufragio femenino, quemaron bibliotecas (entre otras cosas) y se portaron en general con el mismo savoir faire humanista y democrático del que hacián y harían gala los falangistas. Y es natural: despúes de todo los intelectuales, monstruos y masa de los dos bandos no pertenecían a culturas distintas.
P.S. «Lo que hay que leer», dice. Lisérgico.
Líbrenos Diox de olvidar a los represaliados por el franquismo ¡Hasta ahí podríamos llegar!… lo que pasa es que omitir a los asesinados por el bando republicano relegándolos casi al grado de anécdota podría llevar a algún lector despistado, o de mala fe, a pensar que este blog peca de sectarismo, algo sin duda inédito en la España posterior a nuestra ejemplar Transición.
Pues la verdad es que mi opinion sobre la memoria historica no es muy positiva, a nivel social, pues es una verguenza que haya gente que tenga familiares enterrados no se sabe donde, a nivel judicial es una verguenza que un juez pueda montar una farandula como la que se ha montado, a nivel político…
A nivel político es al unico nivel que en realidad importa, ambas partes usando un tema sin importancia real a nivel nacional como una cortina de humo y como parte de un supuesto discurso ideológico del que en realidad carecen completamente.
Muchas gracias por sacarlo, hay veces que no se en que punto de la gráfica se encuentra la prensa que leo.
A) Durante la República, a diferencia de durante la etapa franquista, la violencia no tenía origen institucional. En otras palabras, el gobierno no mandaba matar gente. Por lo tanto, los «republicanos» (puntualizo, para todos los analfabetos que lean esto, el significado de la palabra republicano es «partidario de la forma de gobierno republicana», no «rojo de mierda») como grupo dificilmente mataron gente; la CEDA era tan (teóricamente) republicana como el PSOE o el PCE, pero por alguna razón las acusaciones idiotas siempre se la pasan por alto.
B) Siguiendo la línea de referencias idiotas… Asturias en el 34. La CEDA en el gobierno, pero al parecer los «republicanos» son los del PSOE, que son los que se levantan contra el gobierno bajo premisas anti-republicanas. Curioso cuanto menos. Menos curioso, no obstante, que usar lo de Asturias para hacer apología del golpismo, perdón, del gloriosísimo Alzamiento Nacional. Al parecer, lo de sofocar revueltas es bueno o malo depende de si quienes las sofocan son hombres de patria y bien o izquierdosos apestosos.
C) Incluso si obviamos todo lo dicho anteriormente, toooodos esos muertos ni se acercan al volumen de muertos que originó el golpe del 36 y la posterior implantación del franquismo. Así que sí, mis pequeños mentecatos, a estas alturas de la vida intentar justificar las acciones del enano gallego de voz atiplada que convirtió España en su pazo particular con ayuda de unos coleguillas con un «bueno, es que en la República también se mató gente» es… ¿cómo decirlo de manera suave? Hilarante. En el sentido patético y miserable de la palabra.
D) Todos esos están enterrados en los cementerios con su nombre bien puestecito, no en cunetas como perros. Que es de lo que va todo esto, vamos. Que los huesos diseminados por todo el país sin una mísera marca que los conmemore tengan su huequecito en el cementerio también. Los rojos de mierda también son personas, yu knou.
Para todo lo demás, Mastercard.
Que vuelen de una vez la cruz del Valle de los Caídos para celebrar que, por fin, se ha restituido el honor de las decenas de miles de personas asesinadas por orden de Franco. Orden ejecutada por las Fuerzas Vivas durante 40 años. Lo que también haría falta es una reforma del sistema educativo que otorgara a las futuras generaciones una información de calidad. Se evitarían disparates como el primer comentario.
Hay que terminar de una vez la Transición… jamás se olvidará lo que sucedió, fascistas, vamos a por vosotros. Condenar el franquismo es sólo el primer paso.
¡¡ lo mas malo; he hiriente es… que estos que mandan ahora, son: los hijos y nietos de FRANCO