La comisión electoral ha proclamado a Mohamed Morsi vencedor de las elecciones presidenciales egipcias con estos resultados:
–Mohamed Morsi: 13.230.131 votos.
–Ahmed Shafiq: 12.347.380 votos.
El candidato de los Hermanos Musulmanes ha ganado por una diferencia de 882.751 votos en una votación en la que se contabilizaron 26,4 millones.
Morsi es el primer presidente no militar y el primero elegido democráticamente que tiene Egipto desde el golpe de 1952.
El retraso en anunciar los resultados ha propiciado todo tipo de rumores y conspiraciones en un país en el que siempre han abundado. Se decía que el vencedor sería Shafiq, primer ministro con Mubarak, y que la Junta militar estaba ganando tiempo para poner en marcha el dispositivo de seguridad con el que contener las inevitables protestas. También se decía lo contrario, y en ese caso la razón era que los Hermanos Musulmanes estaban negociando con el Ejército el poder que iba a quedar a la presidencia.
Había imágenes insólitas en las calles de El Cairo, casi desiertas, sin ese tráfico continuo y agobiante por el que es conocida. Muchas tiendas y empresas dejaron salir antes de comer a sus empleados (hoy es día laborable en Egipto), y no tanto por el interés de ver en casa los resultados, sino por lo que pudiera pasar después. Había miedo a disturbios en el caso de que Shafiq fuera proclamado vencedor. Incluso los que no deseaban la victoria de los islamistas podrían salir a protestar contra lo que hubiera sido una continuación de la dictadura anterior.
Los partidarios de los Hermanos se han reunido por miles en la plaza Tahrir para esperar el veredicto electoral y luego celebrarlo. Su euforia es comprensible. Es la primera vez que los islamistas llegan al poder en el mundo árabe a través de unas elecciones en un país de régimen presidencialista. Tras los comicios legislativos, ya anulados, se temió que los conservadores acapararan todo el poder en las presidenciales, pero la situación ahora es muy diferente. Se ha visto que el Ejército no va a abandonar el poder que acumuló durante los años de Mubarak. Los islamistas son el único contrapeso que existe en Egipto a la continuación del régimen autoritario.
Los sectores progresistas y liberales que promovieron la movilización en Tahrir se han mantenido al margen de la campaña de Morsi. Los islamistas no les representan. Desconfían de ellos tanto como de los militares. Pero con los segundos ya saben lo que pueden esperar. El buen resultado conseguido por el candidato izquierdista Hamdeen Sabahi, en la primera vuelta (20,7%) demuestra que tienen un espacio para la lucha política y que es improbable que Egipto evolucione a un régimen de partido único.
La victoria de los Hermanos es una pésima noticia para Arabia Saudí y las monarquías del Golfo. Décadas atrás, saudíes y kuwaitíes acogieron a muchos egipcios y de otras nacionalidades árabes simpatizantes de los islamistas que huían de países como Egipto, Siria e Irak. Tuvieron una gran influencia en las universidades en una época en que las monarquías petroleras no tenían suficientes profesores para sus aulas. Pero con el paso del tiempo esos islamistas se convirtieron en sus rivales. No es una casualidad que el jefe de la Junta militar egipcia, el mariscal Tantaui, acudiera a los funerales del príncipe heredero saudí. Ambos tienen un enemigo común.
En Israel, se escucharán otra vez voces de temor sobre lo que ocurrirá en su frontera con Egipto. Pero a Israel siempre le interesará más un Egipto estable. Los acuerdos de paz con dictaduras nunca dan muchas garantías de estabilidad a largo plazo. Sólo la permanencia en el poder de Mubarak durante tanto tiempo les permitió olvidarse de Egipto, una situación no muy común entre vecinos. A corto plazo, les debe preocupar más lo que ocurra en el Sinaí, un amplio espacio donde el Estado egipcio tiene un control relativo. Y en eso ahora como antes tendrá más que ver no lo que haga el Gobierno de Morsi, sino el Ejército.
19.45
Mikel Ayestaran escribe sobre la historia de los Hermanos Musulmanes, la influencia del pensamiento de Sayed Qutb y el presente de la organización.
Tal vez sea una pésima noticia para arabia saudí. Estos hicieron mucho para promocionar los salafistas y, a primera vista, la cadena Al Arabiyya (financiada por un principe saudí) no está muy entusiasta…
..Pero Qatar si que lo está. Y Al Yazira lo muestra muy bien! No por nada que Al Qardaui es el ideólogo de cabecera de la cadena!
Por fin sacaron al projudío Mubarack, traidor a la causa arabe y lacayo de los judeoyanquis.Ahora si es consecuente con sus compatriotas Morsi debería de inmediato terminar con el criminal gheto que los judíos tienen con los patriotas palestinos.