El Gobierno saudí ya tiene sobre la mesa una propuesta para permitir conducir a las mujeres, según la agencia AP. Procede del Consejo de la Shura, un organo consultivo nombrado por el monarca.
Pero lo mejor son las condiciones. No se crean que las saudíes pueden obtener sin más ese derecho. Sólo podrían hacerlo las mujeres de más de 30 años, y si tienen el permiso de un pariente masculino. No a cualquier hora, sino de siete de la mañana a ocho de la tarde, excepto jueves y viernes, cuando deberán esperar a las doce para ponerse al volante. Nadie quiere ver a una mujer conducir a la noche. Sería un escándalo.
Bien, una mujer sale de casa y sube al coche. No tan rápido. ¿Va vestida de forma apropiada? El hecho de que no se le vean las piernas no quiere decir que no estén ahí con toda la carga amenazante que conllevan. Según las recomendaciones, tendrá que vestir de forma conservadora (no es que andando por la calle tenga muchas más libertades) y no podrá llevar maquillaje en la cara. Como sabe cualquiera que conduce habitualmente, este último es un detalle que no conviene olvidar en aras de la seguridad viaria.
Por último, podrán conducir solas si lo hacen por ciudad. Si es fuera de zonas urbanas, tendrán que estar acompañadas por un hombre.
Bien, ya estamos conduciendo por las calles de Riad y se produce la típica discusión por no respetar un ceda el paso o la preferencia. La gente se sulfura y se dirige a otros conductores. Gran error, si se trata de una mujer. Ningún hombre podrá dirigirse a ellas, y si lo hace, podrá ser castigado con una pena de un mes de prisión y una multa. Es probable que le ocurra lo mismo a la mujer.
Y antes de que en los medios aparecieran noticias que describieran esta broma como un signo de la apertura reformista del Gobierno saudí, un portavoz del Consejo de la Shura se ha apresurado a desmentirla. El Dios de los saudíes nunca permitiría tal ofensa. Ni siquiera con esas condiciones.