Con un montaje de poco más de seis minutos, Marshall Curry ha conseguido que ‘A Night at the Garden’ haya sido nominada a los Oscar en la categoría de mejor corto documental. No hay voz en off ni testimonios. Es sólo una breve selección de un hecho no desconocido, pero olvidado para la mayoría de sus espectadores: el mayor mitin nazi celebrado en EEUU en los años 30.
El German American Bund reunió a más de 20.000 personas en el Madison Square Garden de Nueva York en un acto en el que no faltaron los discursos racistas, los uniformes, las esvásticas y los saludos brazo en alto. Había un enorme retrato de George Washington en el escenario –se celebró el 20 de febrero de 1939, dos días antes del aniversario de su nacimiento– con la intención de relacionar directamente las ideas fascistas con la fundación de la nación. Se cantó el himno nacional de EEUU sin que la invocación al verso «land of the free» suscitara ninguna confusión entre los asistentes, que se consideraban los únicos patriotas estadounidenses.
Field of Vision – A Night at the Garden from Field of Vision on Vimeo.
El momento más dramático del corto se produce cuando un aprendiz de fontanero, Isadore Greenbaum, un joven judío de 26 años, subió al escenario. Varios miembros del servicio de orden se abalanzaron sobre él y le golpearon con saña. De inmediato, aparecieron los policías que se lo llevaron detenido. Un juez le impuso una multa de 25 dólares, que correspondería a unos 450 dólares de hoy.
«Las imágenes son tan poderosas que es increíble que no se proyecten en las clases de historia de cada instituto», ha dicho Curry. «Pero creo que el mitin ha desaparecido de nuestra memoria colectiva en parte porque da miedo y es embarazoso. Cuenta una historia sobre nuestro país que preferimos olvidar. Nos gustaría pensar que cuando se alzó el nazismo, todos los americanos quedaron horrorizados de inmediato. Pero aunque la inmensa mayoría de los americanos estaban horrorizados por los nazis, hubo también un grupo significativo de americanos que apoyaban este mensaje supremacista blanco y antisemita».
La noticia del mitin del Garden apareció en la portada de The New York Times del 21 de febrero, en la primera columna de la izquierda. El artículo comenzaba así: «Protegidos por más de 1.700 policías que convirtieron el Madison Square Garden en una fortaleza casi impenetrable para los antinazis, el Bund Alemán-Americano celebró anoche su publicitado mitin por el ‘Americanismo’ y la celebración del aniversario de George Washington».
Cuenta que los únicos momentos de tensión se produjeron cuando los asistentes salieron del Garden y en la calle estaba esperando una manifestación antinazi. Según el periódico, los incidentes no fueron graves y se saldaron con 13 detenidos con cargos menores.
En las intervenciones políticas, todas las referencias al presidente Roosevelt eran recibidas con abucheos. Algunos oradores pronunciaban su apellido como «Rosenfeld» para que pareciera judío. El líder del German American Bund, Fritz Kuhn, dijo que iban a luchar «contra todos los que querían convertir Estados Unidos en un paraíso bolchevique». Como era habitual entre los nazis alemanes, relacionó a los judíos con el comunismo: «No decimos que todos los judíos sean comunistas, pero sí decimos que el judío es la fuerza impulsora del comunismo».
Curry recuerda la frase de Halford Luccock: «Cuando el fascismo llegue a América, no llevará la marca de ‘Hecho en Alemania’. No estará marcado por una esvástica. Ni siquiera se le llamará fascismo. Se le llamará sin duda ‘americanismo'». Fritz Kuhn fue después detenido por la acusación de malversación de los fondos de la asociación y encarcelado. Después de la guerra, fue deportado. El Bund se disolvió poco después del comienzo de la guerra.
El Bund era un producto más alemán que norteamericano, pero las ideas fascistas tuvieron un fuerte eco en la sociedad estadounidense de los años 30. El sacerdote y activista ultracatólico Charles Coughlin contaba con una audiencia de unos 30 millones de personas en sus programas semanales de radio. El aviador Charles Lindbergh y el empresario Henry Ford dieron a conocer en público sus ideas racistas. En los años 20, Ford había financiado la edición de 500.000 ejemplares de la falsificación antisemita ‘Los protocolos de los sabios de Sión’. El ataque japonés de Pearl Harbor y la entrada de EEUU en la guerra contribuyeron a que esa semilla nazi desapareciera pronto, pero no todas sus ideas desaparecieron.
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American Nazis in the 1930s — The German American Bund. Fotografías.