François Hollande ha declarado a la guerra a ISIS y como presidente tiene la capacidad de arrastrar a todo su país con ella. «Nuestro enemigo en Siria es Daesh (ISIS). No se trata de contener, sino de destruir esa organización». Con estas dos frases, el presidente francés se aleja de Barack Obama y su política de implicarse sólo lo imprescindible en la guerra siria, y se acerca al discurso de Bashar Asad, que quiere que Europa que se lance sobre los grupos yihadistas, aunque sea su Gobierno el principal beneficiado.
¿Tiene razón Hollande? ¿Es responsabilidad de los países asumir la eliminación contra ISIS como un objetivo prioritario? Estas son algunas de las razones por las que hay que decir que no.
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