Obama participó anoche en uno de los últimos programas de Stephen Colbert en su actual cadena. Se suponía que iba a ser una entrevista, pero el número extra fue mucho mejor. Obama cogió el puesto de Colbert para lanzar la intervención humorística de costumbre, y como es habitual con los rótulos sarcásticos en paralelo. Muy divertido.
Básicamente, en sus dos últimos años de mandato el presidente de EEUU se dedica a pasárselo lo mejor posible y a recordar a todo el mundo que, eh, aún soy el presidente. Si una de las exigencias básicas para los políticos norteamericanos es que tengan sentido del humor, un tipo tan estirado como Obama disfruta bastante en estas situaciones. Y ya ha demostrado que sabe leer el teleptompter.
Y después hicieron la entrevista.