Obama no lo tiene claro. En primer lugar, ha dicho que no descarta nada a la hora de ayudar al Gobierno iraquí a afrontar la ofensiva del ISIS en el norte del país. Por otro lado, el portavoz de la Casa Blanca ha comentado después en rueda de prensa que no se contempla en absoluto la posibilidad de enviar tropas.
«No descarto nada porque nos jugamos mucho para asegurarnos de que estos yihadistas no consigan una presencia permanente en Irak o Siria», han sido las palabras del presidente. La presencia de ISIS y otros grupos similares es bastante permanente en Siria desde hace mucho tiempo. Todo el mundo sabe que para el ISIS no existe la frontera entre los dos países. Funcionan a ambos lados con bastante facilidad.
Obama también ha dicho algo que es bastante obvio. Parte de la responsabilidad reside en el fracaso político del Gobierno de Bagdad, incapaz de alcanzar acuerdos con la comunidad suní que no apoya al ISIS. Esto es bastante conocido pero en raras ocasiones Washington ha mostrado en público su rechazo a la política sectaria del primer ministro Maliki. Quizá tampoco hubiera servido de mucho.
En cualquier caso, Obama sí ha comentado que «a corto plazo» habrá algún tipo de ayuda militar a Bagdad sin concretar nada más. Algunos medios informan que drones norteamericanos ya sobrevuelan zonas de Irak para conseguir información sobre el alcance de la ofensiva. Hasta que no comiencen a disparar habrá que considerarlo una ayuda menor. La ofensiva es lo bastante grande como para que algunos ataques aislados puedan ser relevantes. Un contraataque efectivo sólo será posible con fuerzas sobre el terreno, y eso es responsabilidad de los iraquíes.
Los iraníes han sido más rápidos. Según el WSJ, Teherán ya ha enviado un destacamento militar, pero de dimensiones reducidas. Se da la paradoja de que en este conflicto EEUU e Irán juegan en el mismo bando. Ambos son buenos aliados, a distinto nivel, del Gobierno iraquí.
Para apreciar la gravedad de los acontecimientos, conviene detenerse en una noticia de última hora del jueves. Un avión ha despegado de la base militar de Balad con personal norteamericano, informa CNN. Los ha identificado como «contractors», es decir, mercenarios, personal de seguridad de empresas privadas. En esa base también hay personal militar, sobre todo de la Fuerza Aérea. Balad está a sólo 80 kilómetros de Bagdad. Parece que tampoco es seguro.
My story on the rapidly disintegrating state of Iraq with this map showing factional control http://t.co/SAVLkf518y pic.twitter.com/hRWluFdcwe
— Tamer El-Ghobashy (@TamerELG) June 12, 2014