En el libro ‘The Stranger’, el periodista Chuck Todd, de la NBC hace un balance muy crítico de la presidencia de Barack Obama dos años antes de que esta termine. Describe el alto nivel de centralización de la toma de decisiones sobre política exterior en la Casa Blanca. De la reseña del NYT:
«En relación al manejo de la Primavera Árabe por el Gobierno, Todd cuenta que Gates [secretario de Defensa], Clinton [secretaria de Estado] y Biden [vicepresidente] creían –y esperaban–, que el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, sobreviviría a las protestas de 2011. Les preocupaba que sin él el país se hundiría en una espiral «hacia lo desconocido». Pero Obama, según escribe Todd, apoyó «a sus asesores más jóvenes» (incluidos McDonough [jefe de Gabinete], Susan Rice [hoy consejera de Seguridad Nacional], Samantha Power [hoy embajadora en la ONU] y Benjamin Rhodes) «frente a los altos cargos con más experiencia», y comunicó a Mubarak que debía dimitir».
Sea o no cierto, está claro que los militares egipcios le tomaron la palabra y extendieron antes y después del golpe la teoría del improbable pacto secreto entre Obama y los Hermanos Musulmanes. Este párrafo nos da también una idea de cómo sería una presidencia de Hillary Clinton en relación a Oriente Medio (lo que no es ciertamente una sorpresa).