La falta de esperanza en Gaza y el aumento de los suicidios

Un reportaje de Channel 4 sobre la situación de Gaza se centra en el impacto del bloqueo y la pobreza en la salud mental de sus habitantes. Al igual que los internos de una cárcel, la salida para algunos gazatíes es intentar acabar con su vida. Como es habitual en una sociedad tradicional y religiosa, existe un tabú muy extendido que impide que se hable de ello en público y el sistema sanitario no tiene medios para afrontarlo. Sólo algunas mujeres están dispuestas a hacerlo.

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Cosas que hacer en sábado cuando no estás muerto

Por qué el cine está obsesionado con los coches.

‘La cabina’, obra maestra de Antonio Mercero.
–Un ranking de todas las películas de Coppola.
James Cameron responde a preguntas sobre ciencia-ficción.
–Una historia oral de la batalla de NY en ‘The Avengers’.
–Tuits insultantes leídos por las estrellas de Avengers.
–Homer habla con su cerebro.
–Treinta años coleccionando basura en Nueva York.
Cómo cambia la cárcel a las personas.
–Así era el Gran Premio de Mónaco de F1 en 1962.
–El increíble apetito de las plantas carnívoras.
–Un ejemplo de los plásticos que acaban en el mar. Las imágenes son de la costa de Bali.

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Por qué la decisión de Trump pone en peligro la no proliferación nuclear y tres razones más para estar preocupados

La decisión de Donald Trump de acabar con el acuerdo internacional con el Gobierno iraní sobre su programa nuclear tiene repercusiones que van más allá de la siempre dramática situación de Oriente Medio. Lo que está en juego es algo que va más lejos. Lo dijo Emmanuel Macron pocos minutos después del anuncio: «El régimen de no proliferación (nuclear) está en peligro».

Hay una forma sencilla de apreciarlo. Corea del Norte puso en marcha un programa de armas nucleares y otro de misiles balísticos capaces de albergar cabezas nucleares. Eso aumentó hasta niveles extremos la capacidad disuasoria del Estado norcoreano contra una hipotética agresión exterior.

Hoy, el régimen de Kim Jong-un recoge los réditos. Recibe al secretario de Estado de EEUU y prepara una cumbre con Trump. Cuenta con buenas cartas para negociar.

Irán estableció un programa de enriquecimiento de uranio con miles de centrifugadoras en funcionamiento que podría haberle servido para conseguir la materia prima necesaria para fabricar armas nucleares, lo que no hizo. Finalmente, aceptó ponerle fin y que su desmantelamiento fuera controlado por la OIEA a cambio del acuerdo internacional que le serviría para el levantamiento de sanciones.

Hoy, descubre que no haber violado ese pacto no impide que EEUU se desentienda de sus obligaciones y que se prepare para imponer sanciones aún más duras contra el Estado iraní. No tiene ni las armas nucleares ni los misiles con los que Kim se presenta para su primer contacto con Trump.

Amenazas destinadas a Europa

La segunda víctima de las sanciones que impondrá EEUU son las empresas y gobiernos europeos que se mantengan dentro de los límites del acuerdo que firmaron los segundos y continúen con sus relaciones comerciales con Irán. «Cualquier nación que ayude a Irán en su búsqueda de armas nucleares podrá también  ser objeto de fuertes sanciones por Estados Unidos», dijo Trump en su discurso.

Hay que recordar que, a ojos de Trump, cualquiera que haga negocios con Irán está colaborando en ese programa militar, porque el Gobierno iraní utilizaría los fondos económicos obtenidos para conseguir armas nucleares (a las que por otra parte había renunciado con la firma del acuerdo).

Para que nadie lo olvide, el embajador de EEUU en Alemania  lo dejó claro en Twitter: «Las empresas alemanas que hacen negocios en Irán deben reducir sus operaciones inmediatamente». Con la Administración de Trump, las órdenes también llegan a través de las redes sociales.

Franceses, británicos y alemanes pueden presumir de tener su propia política exterior. Será más difícil que sostengan eso en el futuro si se someten a la voluntad de Washington. El Gobierno alemán ya ha dicho que apoyará a sus empresas, pero al mismo tiempo les ha recordado los riesgos legales que afrontan (de los que por otro lado son muy conscientes). Traducción: nuestro apoyo tiene algunas limitaciones que ustedes comprenderán.

Al ser ya un patrón en las relaciones entre los presuntos aliados, The New York Times no tuvo más remedio que elegir este titular:  «Europa, humillada otra vez por Trump, lucha por defender sus intereses».

Un regalo para los halcones iraníes

Varios diputados iraníes  prendieron fuego a una réplica de la bandera de EEUU y una copia del acuerdo en el hemiciclo. Los ultraconservadores iraníes, enfrentados al presidente Rohaní, tienen ahora la cobertura perfecta para atacar un acuerdo que nunca les gustó.

Salen reforzados políticamente, porque Rohaní se ha quedado sin su principal argumento político: había que firmar el acuerdo para que el levantamiento de sanciones permitiera la recuperación económica de Irán.

Los halcones no podrán hacer nada relevante sin el permiso del líder religioso del país, el ayatolá Jamenei, que controla el Ejército y los servicios de inteligencia.

Los países europeos habían anunciado rápidamente que se reunirán con el Gobierno de Irán para explorar formas de mantener el acuerdo. Si aspiran a renegociarlo para calmar a Trump, no llegarán muy lejos, porque los iraníes no tienen ahora ningún incentivo para complacerles.

«Tampoco confío en estos tres países de la UE», dijo Jamenei el miércoles en un tuit en tres idiomas. «Si el gobierno quiere hacer un contrato, deben pedir una garantía, o todos harán lo mismo que los EEUU lo hicieron (sic). Si no hay una garantía definitiva, el JCPOA (iniciales del acuerdo nuclear) no puede continuar».

Jamenei está pidiendo algo que los europeos no le pueden conceder, porque no depende de ellos. Si Irán da por muerto el acuerdo y reanuda el enriquecimiento de uranio, tendrá el tiempo que quiera para hacerlo de forma que una represalia militar de EEUU no pueda ser definitiva.

Euforia en Israel

En ningún país se ha recibido la noticia con más alborozo que Israel. Trump ha adoptado la visión de Netanyahu sobre el acuerdo nuclear, la misma posición que hizo que Barack Obama dijera que las relaciones con el primer ministro israelí eran insoportables.

Las relaciones de Washington y Teherán son de total confrontación desde hace décadas, pero el acuerdo había abierto la posibilidad de un futuro diferente. Eso ha acabado ahora. En relación al acuerdo nuclear, se puede decir que Trump ha subcontratado a Netanyahu todo el asunto: prioridades estratégicas, razones para enfrentarse a Irán y justificación para poner fin al pacto.

Netanyahu ha reiterado en Moscú que Irán  quiere llevar a cabo otro Holocausto. También  acusó en 2002 a Sadam Hussein de desarrollar un programa de armas nucleares que podrían causar otro genocidio. Esa sombría predicción quedó un tanto desmentida por la realidad.

Asediado por investigaciones de corrupción que nunca antes le habían tocado tan cerca, Netanyahu debe moverse rápido. Sabe hacerlo. Por algo fue primer ministro por primera vez hace 22 años y ha dominado la política de su país de la última década. Un enemigo exterior es un recurso muy útil en estas situaciones, y no hay rival más peligroso que Irán para los israelíes. Los palestinos sólo tienen esa reputación en la propaganda difundida hacia el exterior.

Pocas horas después del anuncio de Trump, aviones israelíes atacaron una base militar en las afueras de Damasco. La guerra siria parece estar en sus últimos capítulos, y eso es un problema para Israel, porque le quita razones para seguir matando iraníes en el país vecino y destruir su infraestructura militar en esa guerra o impedir que pueda caer en manos de Hizbolá.

«Sin el JCPOA, EEUU podría quedarse con dos malas alternativas, un Irán con armas nucleares u otra guerra en Oriente Medio», dijo Obama en un comunicado de 900 palabras.

Al igual que en el caso de Irak en 2003, Netanyahu considera que los riesgos son mucho menores que las ventajas. Especialmente si las tropas las ponen otros.

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Macron, el presidente napoleónico, deja de ser un enigma centrista y paga un precio por ello

La misión de Macron de liberalizar la economía francesa ya ha tenido un efecto claro un año después de su llegada al poder: la disminución de sus apoyos en la opinión pública. No de forma tan abrupta como en los casos de Sarkozy y Hollande, pero sí significativa. 19 puntos menos en un año.

Emmanuel Macron comenzó su presidencia en un punto muy alto, lo habitual en los vencedores de las elecciones francesas, reforzados por el sistema de dos vueltas. La encuesta del Grupo BVA para varios medios franceses indica que estaba en un 62% de apoyo hace doce meses. Hoy está en un 43%.

Hollande (61% >> 34%) y Sarkozy (57% >> 32%) cayeron más rápido. Chirac (62% >> 48%) y Mitterrand (61% >> 51%) se mantuvieron más altos tras su primer año.

La popularidad de Macron comenzó a descender al poco de tomar posesión. Su victoria clarísima sobre Marine Le Pen no podía ocultar el hecho de que en primera vuelta había obtenido el 24%. En esos primeros meses, el nuevo presidente fue perfilando su mensaje económico y las reformas concretas que pretendía poner en marcha. La etiqueta siempre difusa de centrista dio paso a la de derechista o liberal.

En la segunda mitad de 2017, según esta encuesta, el apoyo a Macron disfrutó de un repunte cuando el debate estaba protagonizado por la reforma laboral. Macron comenzaba a cumplir sus promesas, lo que debió de ser bien recibido por su electorado y parte de los votantes conservadores. Este sondeo ofrece un cambio de tendencia en el comienzo de este año con un leve aumento en los dos últimos meses que aún no se sabe si se consolidará.

Macron es mejor valorado en las ciudades de 20.000 a 100.000 habitantes que en París. En la clase alta y media-alta que en las clases más populares. Entre mujeres que entre hombres, aunque por escasa diferencia. Recibe aún un gran apoyo entre directivos, muy por encima del dato de los empleados. Entre los jubilados, un colectivo que daba a Macron nada menos que un 73% hace un año, el hundimiento es evidente, de 26 puntos.

En el voto a partidos, el cambio más llamativo es de los votantes del Partido Socialista. Un espectacular 88% de ellos lo valoraba bien hace un año. Esa cifra es ahora del 30% (58 puntos menos), lo que demuestra que Macron es identificado por ellos como un liberal muy alejado de las ideas del electorado socialdemócrata.

Los votantes conservadores de Los Republicanos aún le dan una buena nota, con un 54% de ellos que le apoyan (quince puntos menos que hace un año).

El pesimismo de los franceses y su escasa confianza en los gobiernos quedan patentes en la encuesta. Sólo en cuanto a la valoración del papel de Francia en el mundo, las opiniones son indudablemente positivas al preguntarse sobre la influencia de Macron y su Gobierno. En cuanto al crecimiento económico, el balance está igualado y en todos los demás aspectos la opinión es muy negativa: sobre inmigración, poder adquisitivo, impuestos, medio ambiente, terrorismo, empleo, Europa…

A pesar de esa opinión, hay varias iniciativas del Gobierno de Macron que reciben un fuerte apoyo: reducción del número de parlamentarios (78% a favor, 18% en contra), la ley contra delitos sexuales (76%-19%), aumento de las clases de colegios en zonas desfavorecidas (72%-25%), o la ley de «moralización de la vida pública» (67%-29%). La reforma de la empresa pública del ferrocarril, que tiene el rechazo de los sindicatos, también es vista de forma favorable: 58%-40%.

En las reformas educativas, la ventaja de los partidarios es escasa. Hay un rechazo a la reforma laboral (41%-54%), a pesar de que los meses en los que se habló mucho del tema coinciden con un periodo de recuperación del apoyo a Macron, y a la ley de inmigración.

Los temas en los que el Gobierno cosecha el suspenso más claro son el aumento de las cotizaciones sociales (15%-82%), la reducción a 80 km/h de la velocidad máxima permitida en las carreteras secundarias (21%-76%) y la abolición del impuesto del patrimonio y su sustitución por el impuesto inmobiliario (26%-70%).

Los encuestados valoran de Macron sus convicciones y su autoridad como presidente. A pesar de su edad (40 años, baja para un jefe de Estado de Francia), lo consideran material presidencial. Eso satisfará a sus asesores, que han insistido en entregar a Macron todos los atributos ‘monárquicos’ de la presidencia francesa.

Le puntúan bajo en su capacidad para unificar a la sociedad tras una idea y en la de mostrarse cercano a las personas. Eso es un problema para el futuro. Si las cosas van mal, lo que antes se llamaba autoridad, pasa a ser arrogancia. Lo que antes se valoraba como símbolo de preparación, después se considera elitismo.

En un artículo en el Financial Times, tan elogioso que dice que en sólo un año Francia ha pasado de ser «el enfermo de Europa a refugio de emprendedores», algunos entrevistados del partido del presidente admiten que hay algo contradictorio entre ciertas promesas liberalizadoras de Macron y su forma de ejercer el poder. «El estilo vertical de gobierno de Macron es incompatible con sus promesas de renovación democrática, que es por definición horizontal», dice Gilles Le Gendre, diputado de En Marche.

Uno de sus asesores admite que Macron «siempre ha tenido la tendencia de controlarlo todo».

El estilo napoleónico de Macron ya ha comenzado a pasarle factura. En un ambiente de profunda desconfianza en la política, eso le convertirá en el centro de todas las críticas. Es probable que el presidente francés crea que no tiene alternativa. Cualquier cosa antes de asumir la imagen de político corriente de Hollande que hizo que al final nadie le tuviera el menor respeto.

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‘This is America’: cuatro minutos para mostrar a EEUU su rostro violento

Hacía tiempo que un vídeo musical no tenía tal impacto en poco más de 24 horas. Con el nada enigmático título de ‘This Is America’, Donald Glover elige una trama violenta con la que golpear al espectador con imágenes que parecen inauditas en un videoclip, pero que también forman parte de la dieta informativa habitual de la que nos olvidamos rápidamente.

El comienzo es suave, angelical, con una música deliciosa y un coro que anima a bailar. Hasta que empieza la historia de verdad y ya no hay descanso.

Un arma, un disparo en la nuca y alguien recoge la pistola de manos de Glover (AKA Childish Gambino) para guardarla con cuidado en un pañuelo. Porque en esta historia las armas merecen más respeto que las vidas de los seres humanos. This is America.

Lo mismo cuando un coro de gospel, el símbolo perfecto de la religiosidad negra, es abatido con una ráfaga de un kalashnikov. Una imagen comparada de inmediato con la matanza de la iglesia de Charleston, Carolina del Sur, en 2015. O también con todas las guerras, donde la primera víctima es la población civil.

Conviene verlo más de una vez, varias veces, porque una de sus claves es lo que ocurre en la parte posterior del plano. Por detrás de los bailes y el cantante, a veces de forma evidente, otras no tanto, se produce la vida real. Coches ardiendo, disturbios, policías, la violencia que atrapa los titulares durante un breve tiempo. La pregunta que se plantea sobre la responsabilidad de la audiencia y de los propios artistas negros es si esa música, esa excelencia artística («watch me move»), sirve fundamentalmente para que nos olvidemos de lo otro.

Móviles rodando desde las alturas con los que suministrar la ración imprescindible de imágenes para denunciar lo que ocurre o simplemente porque eso también forma parte del espectáculo. Un caballo blanco al galope que podría ser el primer jinete del Apocalipsis o un miembro del Ku Klux Klan (el jinete lleva una capucha). La escena final, con Glover huyendo aterrorizado entre las sombras y perseguido por un grupo de blancos, también relacionado rápidamente con la película ‘Get Out’ (The Sunken Place, allí donde los gritos de los negros no son escuchados).

Sí, hay que verlo más de una vez.

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Las consecuencias del ataque saudí a una boda en Yemen

Médicos sin Fronteras difundió un comunicado unos días después del bombardeo por la coalición saudí de una boda celebrada en la provincia yemení de Haya en abril. 33 personas murieron y 41 resultaron heridas, según el primer balance.

El hospital de Haya recibió a sus primeros pacientes a medianoche después de que los ataques se produjeran en torno a las 11pm. Los heridos fueron trasladados inicialmente en burros, porque los únicos dos coches del pueblo habían quedado dañados en los ataques. Los primeros equipos y dos ambulancias del hospital apoyado por MSF llegaron después, pero lo hicieron con retraso porque los aviones aún volaban en círculos en torno al pueblo, lo que hacía temer más ataques.

«Yo estaba dentro de la tienda (una de las dos donde estaban los invitados a la boda) cuando oí las explosiones. Después de eso, caí al suelo y perdí el conocimiento. Cuando desperté, vi a gente huyendo de la tienda. Estaba dentro con mi hermano. El novio era amigo mío. Uno de mis primos murió en el ataque», dice Kamal, de 12 años.

Darees, que también asistió a la boda, la dejó 20 minutos antes del ataque. Cuando volvió, contempló un lugar en caos con cuerpos destrozados en el suelo cubierto de sangre. Los niños buscaban como locos a sus padres, dice. «Algunos de los muertos eran niños. Los niños estaban jugando fuera mientras sus padres asistían a la boda dentro de la tienda. Ese fue el momento en que se produjo el ataque», dice.

En el hospital de Haya, las ambulancias llevaban cargadas con hasta seis pacientes cada vez. Los heridos habían perdido en su mayoría extremidades y sufrido heridas de metralla. Al menos tres pacientes sufrieron la amputación de miembros, incluidos dos hermanos que perdieron un pie cada uno. A primera hora de la mañana, muchos habitantes de Haya fueron al hospital a donar sangre. Se recogieron en dos horas 150 bolsas para tratar a los heridos».

Esta imagen difundida por medios locales permite identificar el origen de la munición utilizada en el ataque. Se trata de los restos de una bomba guiada por láser GBU-12 Paveway II, fabricada por la empresa norteamericana Raytheon.

Restos de bombas guiadas de este tipo se han encontrado en otros ataques saudíes o emiratíes sobre Yemen, como el de la matanza de 140 personas en el bombardeo de un funeral en 2016.

En 2015, la Administración de Obama vendió a Arabia Saudí 4.000 bombas GBU-12 Paveway II. Trump prometió vender 104.000 bombas guiadas a los saudíes. Sin la ayuda militar norteamericana, ni los saudíes ni sus aliados podrían continuar con la campaña de destrucción de Yemen.

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El show televisivo con el que Netanyahu pretende poner fin al acuerdo con Irán

En materia de secretos de Estado, los gobiernos siempre tienen más información que los medios de comunicación, aunque en pocas ocasiones están dispuestos a difundirla. En Israel, su primer ministro acaba de hacer una gran revelación, no distribuyendo documentos inéditos con el sello ‘Top Secret’, sino con una actuación personal en el ‘prime time’ televisivo con gráficos y atrezzo en el escenario.

Binyamín Netanyahu anunció en un escenario montado a tal efecto que Irán miente sobre su cumplimiento del acuerdo nuclear que firmó junto a EEUU y la UE. El único problema: la información que facilitó pertenece en el mejor de los casos al pasado reciente, a los años anteriores a la firma de ese acuerdo. Aun más, en su mayor parte ya era conocida por los informes de la Organización Internacional de la Energía Atómica.

Varios medios de comunicación han destacado que el público al que se dirigía Netanyahu no era el israelí, sino una audiencia mucho más selecta formada por una persona: el presidente de EEUU. Cabe además la posibilidad de que su intención no fuera convencer a Donald Trump de que EEUU dé por cancelado el acuerdo con Irán, sino darle cobertura propagandística para que adopte una decisión que ya está tomada.

Pero en primer lugar vayamos con el espectáculo.

Después de decir que iba a mostrar algo que «el mundo nunca ha visto antes», Netanyahu anunció que hace «unas pocas semanas» Israel descubrió «media tonelada de documentos secretos sobre las armas nucleares de Irán». Se giró y quitó las sábanas negras que ocultaban un armario con archivadores con 55.000 páginas y un panel con 183 cedés (que albergan 55.000 archivos), «una copia exacta» de todos esos documentos. Atrezzo (con unas cifras que suscitan incredulidad). La prueba de que Irán ha mentido y sigue mintiendo, dijo. Su conclusión: el acuerdo aceptado por Barack Obama y los gobiernos europeos «se basa en mentiras».

No había nada nuevo en la presentación ofrecida por Netanyahu. Lo más importante estaba en el informe que la OIEA presentó en 2011, incluido el aspecto más peligroso, la investigación iraní para conseguir colocar una cabeza nuclear en un misil. El acuerdo se firmó precisamente para impedir que Irán prosiguiera con ese proceso, en el caso de que tuviera como objetivo final y decidido la construcción de un arma nuclear, lo que nunca se confirmó. En cualquier caso, Irán contaba con un programa de enriquecimiento de uranio con un nivel de desarrollo que le permitía obtener material de fisión suficiente para fabricar una bomba o varias.

El acuerdo consistía en que Irán se comprometía a abandonar cualquier proyecto militar y permitía que los inspectores de la OIEA revisaran todas las instalaciones, incluidas aquellas escondidas en lugares fuera del alcance de los aviones israelíes. Según los informes emitidos por esa organización internacional, los iraníes han cumplido hasta ahora su parte del trato.

«Lo que él (Netanyahu) ha revelado con todo detalle no es noticia», dijo Daryl Kimball, director de  Arms Control Association. «El hecho de que Irán experimentara con diseños de cabezas nucleares, y que en un momento dado tuviera un programa armamentístico activo, hace aún más vital que el acuerdo continúe en vigor para impedir que Irán consiga rápidamente material de fisión suficiente, aunque sea para una sola bomba».

Buena parte de esas conclusiones ya estaban en el informe de los servicios de inteligencia norteamericanos de 2007 sobre el programa nuclear. Hay que recordar que ese informe fue recibido como una completa decepción por los altos cargos de la Administración de George Bush que promovían un ataque a Irán antes del final de esa presidencia.

Sobre la capacidad de los misiles balísticos iraníes, la información facilitada por Netanyahu desmiente algunas de sus conclusiones. El diseño de la cabeza nuclear que aparece en algunos gráficos no es consistente con los misiles iraníes producidos a partir de 2004.

Netanyahu utilizó quince veces la palabra ‘secreto’ en su intervención televisiva. Un secreto que conoce todo el mundo.

El embajador francés en Washington dejó claro sin citar a Netanyahu por qué el acuerdo es imprescindible: «En un acuerdo de control de armamentos, siempre das por hecho que el otro bando intentará engañarte. El mecanismo de vigilancia consiste en hacer que eso sea muy difícil o a poder ser imposible».

Viene a ser algo parecido a lo que dijo el secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, el jueves, cuando dijo que había leído el acuerdo tres veces y su conclusión era que «está escrito bajo la presunción de que Irán intentará engañar». Lo que no ha ocurrido hasta ahora, según la OIEA y los gobiernos europeos.

En esto último coincide el jefe de las FFAA israelíes, el general Gadi Eisenkot: «Ahora mismo, el acuerdo, con todos sus defectos, está funcionando y retrasando la realización de la visión nuclear de Irán de diez a quince años». Lo que es a fin de cuentas la razón de que se firmara el acuerdo.

Los lectores del New York Times tuvieron que esperar hasta el párrafo 17º de la información para descubrir que la información revelada por Netanyahu sobre un programa armamentístico iraní ya era conocida desde hace años, obviamente desde antes de la firma del acuerdo. Esa parte del programa nuclear se suspendió en 2003, cuando la invasión de EEUU acabó en la práctica con la amenaza de un programa iraquí de armas de destrucción masiva, programa que en realidad ya no existía en ese momento.

Las partes supuestamente secretas de esos planes iraníes –incluidas las imágenes de los diseños de las cabezas nucleares– ya fueron comunicadas por la OIEA en 2008 a los gobiernos de todo el mundo.

Eso no impidió que el NYT diera salida en el artículo antes de todo esto a la versión israelí de que los documentos mostrados por Netanyahu fueron sacados por el Mossad en enero de este año de un almacén en Teherán, aparentemente con muy poca protección, después de que fueran localizados en febrero de 2016. El NYT nunca desaprovecha la oportunidad de resaltar la capacidad milagrosa del Mossad de infiltrarse en los lugares secretos más protegidos de sus enemigos. Probablemente, terminen haciendo una película.

La intervención televisiva del primer ministro israelí ha hecho que se recuerden otras, como esta de 2002 ante una Comisión del Congreso de EEUU cuando confirmó sin ningún género de dudas que el régimen de Sadam Hussein contaba con un programa activo de armas nucleares.

La Casa Blanca cometió un tragicómico error al afirmar en un comunicado posterior al discurso de Netanyahu que Irán «tiene» (en presente) un programa de armas nucleares, algo que ni siquiera Netanyahu se atrevió a decir. Luego tuvo que rectificar y poner ese verbo en pasado: «tenía». Es una singular muestra de incompetencia, pero quizá también el aviso de algo peor y nada divertido, que Trump ya ha tomado la decisión de abandonar el acuerdo nuclear y que todo lo que pase en los próximos días es una representación teatral para preparar la noticia. La intervención de Netanyahu sería entonces sólo un elemento más de esa estrategia de propaganda.

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Diez periodistas asesinados en Afganistán

Shah Marai, fotógrafo de AFP de 41 años, es uno de los nueve periodistas que fueron asesinados el lunes en un atentado reivindicado por ISIS en Kabul. En total, murieron 26 personas. Los reporteros murieron en la segunda explosión cuando el suicida, haciéndose pasar por periodista, se acercó al grupo que había ido a cubrir la primera detonación.

En otro ataque del mismo día, murió tiroteado Ahmad Shah, reportero del servicio en pastún de BBC, en la provincia de Jost.

Shah empezó a trabajar para la agencia como conductor en 1996 y terminó siendo su principal fotógrafo en Afganistán. Entre las víctimas, hay jóvenes reporteros que eran la última generación de jóvenes afganos que trabajan para medios de comunicación. Los más veteranos eran Shah y Yar Mohammad Tokhi, fotógrafo de TOLOnews desde hace doce años.

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Cosas que hacer en sábado cuando no estás muerto

Los hermanos Coen se dan una vuelta por el metro de París.

–El movimiento de cámara en ‘Breaking Bad’.
–Cómo se hace ‘Barrio Sésamo’.
–Hay cinco tipos de películas de Nicholas Cage.
–Un paseo por el universo Marvel.
–Las nuevas criaturas de ‘Westworld’.
La gárgola de Alien en Escocia.
–Prince en ‘Nothing Compares 2U’.
–El legado de la música de Lauryn Hill.
–Cien páginas que cambiaron la historia del cómic.
–El astronauta Chris Hadfield explica qué hay detrás de algunos mitos sobre el espacio.
–Leyendo historias en las fábricas de puros cubanos.
–Un tercio de los ganadores de la lotería de EEUU están arruinados.
Centenares de tiburones salen a almorzar.

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La violación por ‘la manada’ que los jueces describieron pero no vieron

La sentencia que condena a los miembros de ‘la manada’ por un delito de abuso sexual, pero no por violación, describe unos hechos probados en los que dos de los tres jueces no aprecian intimidación ni violencia (el tercero pretendía absolver a los acusados). Sin embargo, esos mismos hechos reconocidos describen que la víctima se sintió intimidada, estaba desesperada y su voluntad quedó anulada ante la evidente situación de inferioridad física en que se encontraba ante sus cinco agresores, que se emplearon con indudable violencia.

Pero aparentemente no hubo intimidación ni violación.

La víctima estaba acorralada, en estado de shock, y si sentía algo era miedo.

Pero aparentemente no hubo intimidación ni violación.

La metieron dentro de un portal en un lugar «recóndito y angosto», sin posibilidad de escapar porque había «una sola salida» y estaba «rodeada por cinco varones de edades muy superiores y fuerte complexión».

Pero aparentemente no hubo intimidación ni violación.

La sentencia describe cómo la desnudaron y habla de su «sensación de angustia, incrementada cuando uno de los procesados acercó la mandíbula de la denunciante para que le hiciera una felación y en esa situación, notó como otro de los procesados le cogía de la cadera y le bajaba los leggins y el tanga».

La obligaron «una vez en el interior del habitáculo a realizar diversos actos de naturaleza sexual con cada uno de ellos, valiéndose de su superioridad física y numérica y de la imposibilidad de la denunciante, de ejercer resistencia ante el temor a sufrir un daño mayor y la imposibilidad de huir del lugar».

Pero aparentemente no hubo intimidación ni violación.

La víctima «sintió un intenso agobio y desasosiego, que le produjo estupor y le hizo adoptar una actitud de sometimiento y pasividad, determinándole a hacer lo que los procesados le decían que hiciera, manteniendo la mayor parte del tiempo los ojos cerrados».

Cualquiera diría que se sentía intimidada, pero aparentemente no hubo intimidación ni violación.

La víctima fue penetrada bucalmente, vaginalmente y analmente («sin que ninguno utilizara preservativo»). La sentencia refleja que la chica de 18 años nunca antes había mantenido relaciones sexuales en grupo, ni con desconocidos, ni había practicado sexo oral.

Nunca antes había hecho algo así. Había bebido (tenía un 0,91 de alcohol en la sangre) y su voluntad sólo podía flaquear.

Pero aparentemente no hubo intimidación ni violación.

La sentencia recoge su testimonio en comisaría ante los policías: «Que preguntada a si ha intentado zafarse de ambos, manifiesta que sí, pero no ha podido, además no podía gritar, puesto que el chico del reloj, le ha tapado la boca continuamente (…). Que cuando han entrado, la han rodeado los cuatro, y la han tirado al suelo, siendo que le han soltado el sujetador, y mientras le sujetaban la boca, para que les hiciera una felación, a la vez que le soltaban los botones del pantalón».

También recoge su testimonio ante el juez instructor: «Que en ese momento los otros dos la sujetaron y la introdujeron en el portal. Que la declarante iba hablando normal y le dijeron que se callara y no gritara. (…) Que la rodearon entre todos y uno de ellos la cogió de la cara y le obligó en ese momento a hacerle una felación».

La sentencia da credibilidad al testimonio de la víctima, también cuando dice que no podía gritar, pero aparentemente no considera que fuera intimidada o violada.

En el juicio, la víctima dice, según la sentencia, que le «sorprendió mucho la forma en que me cogieron pero lo que he dicho antes, yo no me imaginaba que iba a suceder lo que pasó, yo que sé… yo sinceramente lo que pensaba es que íbamos a entrar al portal porque querían fumarse un porro, así hablando un poco mal, pero es lo que pensaba que iba a pasar; entonces no me… o sea, me sorprendió la brusquedad pero no pensé que iba a ocurrir lo que ocurrió».

La sentencia no oculta que la víctima pasó miedo y que estaba en estado de shock. Su voluntad había quedado sometida. «En concreto precisó que cuando llegaron al cubículo empezó a sentir más miedo, porque se vio rodeada por los cuatro y ante determinadas actitudes de ellos se sometió, quería que todo acabara y luego irse, le daba igual lo que pasara».

En la descripción que aparece en la sentencia de las imágenes de vídeo rodadas con un móvil por los acusados, queda claro el grado de terror de la víctima durante las relaciones sexuales forzadas: «La denunciante durante todo el desarrollo de la secuencia muestra un rictus ausente, mantiene durante todo el tiempo los ojos cerrados, no realiza ningún gesto ni muestra ninguna actitud que impresione de toma de iniciativa respecto de actos de índole sexual, ni de interacción con los realizados por los procesados; apreciamos que los soporta en un estado que nos sugiere ausencia y embotamiento de sus facultades superiores».

En la valoración del vídeo que hacen los jueces –donde los hombres colocan su pene en la boca de ella y le agarran por la nuca para moverle la cabeza–, «evidencia caracterizadamente la situación de prevalimiento y abuso de la superioridad sobre la denunciante por parte de los procesados; muestra de modo palmario que aquella está sometida a la voluntad de estos, quienes la utilizan como un mero objeto, para satisfacer sobre ella sus instintos sexuales».

Le quitan la ropa, abusan de ella, la penetran anal, bucal y vaginalmente, la utilizan como un objeto sexual sin que ella muestre ningún placer ni asentimiento, pero aparentemente no se considera que fuera intimidada o violada.

La sentencia explica después por qué condena a los acusados por abuso sexual, pero no por violación. Plantea que el artículo 178 del Código Penal obliga a que haya «medios violentos e intimidatorios».

Aparentemente, cinco hombres metiendo a una mujer en un cubículo sin escapatoria no es violencia. Cinco hombres metiendo su pene en la boca de una mujer consciente pero aterrorizada no es violencia. Cinco hombres penetrando vaginal y analmente a una mujer que ya no tiene ninguna posibilidad de resistirse no es violencia, o al menos no hay violencia suficiente para que se pueda hablar de violación.

Se requiere, dice la sentencia, «una violencia idónea», no para vencer la resistencia de la víctima (quizá eso sea demasiado fácil), «sino para doblegar la voluntad del sujeto pasivo».

Nos recuerda una sentencia del Tribunal Supremo que ha definido cómo debe ser esa resistencia. Hay unos cuantos requisitos. No tiene que ser desesperada, en lo que parece un ardid lingüístico, porque a fin de cuentas todo lo que pasó a esta víctima en Pamplona evoca una situación desesperada. Pero parece que no fue suficiente.

Tiene que ser «verdadera, decidida, continuada y que exteriorice inequívocamente la voluntad contraria al contacto sexual». Los jueces del Supremo ponen el listón realmente alto a las mujeres violadas en España para que se pueda hablar de violación.

Si una mujer queda paralizada por el terror, entonces es improbable que su resistencia sea suficiente para colmar los deseos del Supremo. Si no es continuada, si sólo se expresa antes de que empiece la violación, quizá los jueces no queden satisfechos. Si todas las mujeres recuerdan los consejos que dan las expertas en estos delitos y no se resisten para no ser gravemente heridas o asesinadas, nunca habrá una violación reconocida en una sentencia.

Una sentencia del Supremo del año 2000, citada en esta sentencia (página 96), contradice aparentemente todo esto, al decir que «sin que sea necesario que sea irresistible desde un punto de vista objetivo, pues no es exigible a la víctima que ponga en riesgo serio su integridad física o incluso su vida en defensa de su libertad sexual».

Eso es lo que dictaría el sentido común y resulta bastante coherente con la situación sufrida por la mujer violada en Pamplona, pero aparentemente en este caso no sirve para que haya intimidación ni violación.

Los jueces tienen una concepción específica sobre lo que es intimidación. No busquen en el diccionario porque es de creación propia del Derecho español. La sentencia dice que «ha sido definida por la jurisprudencia como constreñimiento psicológico, consistente en la amenaza o el anuncio de un mal grave, futuro y verosímil, si la víctima no accede a participar en una determinada acción sexual».

Para que haya intimidación, te tienen que amenazar con un mal que se produciríadespués del acto sexual forzado y frustrado por la víctima. Aparentemente, la jurisprudencia no considera que la violación en sí misma sea un mal. El mal es sólo lo que viene después.

Esta sentencia describe con claridad que la víctima se sintió intimidada por varias razones. No se niega en los hechos probados. Pero no importa. Estaba tan intimidada que no tuvieron que amenazarle con ningún mal posterior para poder ejecutar la violación. Por tanto, no es violación y no hay intimidación.

Los jueces tienen una idea muy clara en sus requisitos para que haya violencia: «golpes, empujones, desgarros; es decir, fuerza eficaz y suficiente para vencer la voluntad de la denunciante y obligarle a realizar actos de naturaleza sexual».

En el caso de Pamplona, no aparecen reflejados de forma específica golpes o empujones, pero sí lo segundo. La descripción de los hechos que hace la propia sentencia revela que hubo exactamente eso, «fuerza eficaz y suficiente para vencer la voluntad de la denunciante y obligarle a realizar actos de naturaleza sexual». ¿Pero golpes? ¿Hubo golpes que dejaron huella?

Las lesiones por las que le atendieron en el hospital no eran lo bastante graves. Como esa fuerza fue tan «eficaz y suficiente» que no fue necesario dar un puñetazo a la víctima para que se sometiera, no hubo que atenderla de una fractura o hematoma. Por tanto no hubo violación.

Es la violación perfecta, aquella que se comete sin puñetazos, porque así deja de ser violación a ojos de un juez de este país.

En este caso, a la víctima le era imposible «ejercer resistencia ante el temor a sufrir un daño mayor y la imposibilidad de huir del lugar», como dice la sentencia. Fue humillada. Fue penetrada. Fue aterrorizada. Fue tratada como un objeto sexual contra su voluntad cegada por el miedo. Fue abandonada como un trapo en un sucio portal.

Pero no hubo violación porque la víctima era culpable de sentir miedo a morir.

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