Ahora que se acerca el Festival de Eurovision, este vídeo a mayor gloria de la Guardia de Fronteras de Azerbaiyán está a la altura de algunos de sus participantes. Es difícil obtener una versión del kitsch militarizado de gran calidad, porque siempre supone un gran gasto movilizar a fuerzas militares. Pero alguien en el Gobierno decidió que no había que reparar en gastos.
Aceptemos que algunas de las imágenes, aquellas en las que los soldados disparan o los planos del lanzamiento de misiles, proceden de maniobras anteriores (eso incluye la poco habitual estampa de un soldado disparando bajo el agua). Pero todos los planos en los que aparece la banda, impecablemente vestida de uniforme, están rodados para la ocasión, con lo que se ha movilizado a tropas, blindados, helicópteros y fuerzas navales.
Más allá de la indudable calidad del montaje, el vídeo incluye varios planos del presidente Ilham Aliyev, en el cargo desde hace casi 15 años y que fue reelegido para un nuevo mandato de siete años en las elecciones del 11 de abril de este año con el 86% de los votos. Ya ha superado a su padre, Heydar Aliyev, que fue presidente entre 1993 y 2003.
La política en Azerbaiyán es un asunto familiar y sus miembros gozan de un marcado interés por los negocios desde muy pequeños. Cuando tenía 11 años, el hijo del actual presidente compró nueve mansiones en Dubai por un valor de 44 millones de dólares. Las inversiones inmobiliarias de sus dos hermanas hicieron que la suma total alcanzara los 75 millones.
Los yacimientos de gas y petróleo en Azerbaiyán permiten a su Gobierno ser uno de los pocos del mundo que puede presumir de tener buenas relaciones con EEUU, Rusia y la UE. Aquí vemos al presidente y su esposa en su última visita a Washington. Aquí le vemos con el anterior presidente.
En 2015, el Parlamento Europeo exigió a la Comisión y al Consejo Europeo una investigación completa de la vulneración de los derechos humanos en Azerbaiyán, incluida la condena a siete años de una periodista en represalia por sus informaciones sobre la corrupción de la familia del presidente. Es posible que aún estén esperando una respuesta convincente.
Aviones de la coalición saudí han vuelto a bombardear la celebración de una boda en una zona de Yemen controlada por sus enemigos. El ataque se produjo en la provincia de Haya, la zona noroeste del país controlada por los hutíes. El último recuento de víctimas realizado por autoridades sanitarias locales indica que murieron 33 personas y 41 resultaron heridas. El número de fallecidos puede ser mayor porque la violencia de la explosión hizo que sólo se haya recuperado una parte de muchos de los cuerpos.
Había dos grandes tiendas para los invitados de la boda, una para hombres y otra para mujeres, como es habitual en Yemen. Ambas fueron atacadas. Los responsables del cercano hospital de Al-Jomhouri afirmaron que la novia estaba entre los muertos y que hay al menos 30 niños heridos, algunos en situación crítica.
Entre las imágenes conocidas hasta ahora hay varias fotos de los civiles muertos y un vídeo con un niño aferrado al cadáver de su padre del que no quería separarse.
No words can describe this sad scene 😭😭😭😭
The child Clings to his father, who died in the war crime of US-backed Saudi/UAE aggression in wedding ceremony yesterday evening in «Bani Qais» directory #HAJJAH province North West #Yemenpic.twitter.com/N42ob4C0RC
La llegada de ambulancias se vio dificultada por la presencia continuada de aviones en la zona. Ha ocurrido muchas veces que los saudíes han esperado la llegada de los equipos de emergencia para realizar un segundo o tercer ataque.
En ocasiones anteriores, los saudíes han justificado los ataques a bodas con el argumento de que dirigentes hutíes se encontraban presentes en esas celebraciones. Es una excusa que no puede impedir una investigación por crímenes de guerra, ya que incluso en ese caso no podría estar justificada la eliminación de decenas de civiles. Ser familiar de un combatiente o líder político no te convierte en un objetivo legítimo en una guerra.
Este fin de semana, se produjeron otros dos ataque. Los cinco miembros de una familia de agricultores murieron el domingo en el bombardeo de su casa, también en la provincia de Haya. El sábado, las bombas mataron a 20 personas que viajaban en un autobús con destino a sus puestos de trabajo en la provincia de Mouza.
El Gobierno norteamericano, que lanzó un ataque reciente contra objetivos sirios por un presunto ataque con armas químicas con decenas de víctimas, se limita a responder a estas matanzas en Yemen afirmando que trabajan con los saudíes y emiratíes para aumentar la precisión de sus ataques y reducir el número de bajas civiles.
«Lo que vamos a hacer es continuar entrenándoles en la identificación de objetivos, intentar aumentar sus capacidades en esos temas», dijo el secretario de Defensa, James Mattis en diciembre de 2017. «Vamos a continuar trabajando con sus pilotos para explicarles cómo llevar a cabo los bombardeos, ese tipo de cosas, haremos cualquier cosa que sirva para limitar las bajas civiles».
Además de eso, Washington ha vendido armas y municiones a Arabia Saudí y Emiratos sin las cuales no habrían podido continuar la campaña de bombardeos.
Today marks 3 years of the Saudi-led bombing campaign in #Yemen. @YemenData recorded 16,749 air raids – an average of 15 per day – in the three years. Nearly one third of all air raids (31%) targeted non-military sites. Read our full 3-year data summary https://t.co/2KTsS9bnNs] pic.twitter.com/SdvHFSfVdk
La final de la Copa nos ha deparado otro espectáculo deplorable de la utilización de instituciones del Estado en favor de la posición política del partido del Gobierno. No se trataba de impedir que se vulnerara una sentencia del Tribunal Constitucional. Era algo menos dramático. La policía tenía órdenes de que nadie entrara en el estadio con una prenda de color amarillo. La seguridad del Estado estaba en peligro por razones de tipo estético.
Las personas que llevaban esa ropa pretendían llevar a cabo un gesto de disidencia política en un lugar público, en este caso en apoyo de la causa independentista catalana. Aparentemente, eso es algo que el ministro de Interior no podía tolerar. Vivimos en una democracia en la que el responsable de la Policía y la Guardia Civil decide qué ideas pueden defenderse en la calle.
Se ha alcanzado un nivel de ridículo que no se puede desdeñar como la forma en que los políticos mediocres se ponen en evidencia y abusan del poder en sus manos. Estamos en manos de idiotas no vale como reacción, aunque es tentadora.
Los símbolos importan en democracia, nos dicen con frecuencia. Las formas. El respeto a las formas, sobre todo si se trata de instituciones. Puede ser así, pero los derechos son mucho más importantes. Los de todos. No sólo de los que respetan la ley, dan siempre los buenos días y piden todo por favor. No hay democracia, o la hay de una calidad muy baja, si la minoría no puede expresar sus ideas y sus símbolos, incluso si lo hace de forma ruidosa o provoca una convulsión política. La policía no puede arrogarse el derecho de elegir qué símbolos son permisibles y cuáles no.
Ante algo que le parece ofensivo, todo el mundo siente la tentación de preferir que estuviera prohibido. La tolerancia es un virtud complicada de ejercer con alguien cuya conducta nos parece reprobable, ante la que se nos escapa la palabraintolerable. Ese desliz lingüístico es comprensible, a menos que utilicemos ese concepto en su sentido más literal. Porque si sólo toleramos a los que piensan como nosotros, no hay democracia bajo la que cobijarnos.
Este artículo escrito en 2016 explicaba el dislate que suponía la prohibición de banderas esteladas en actos deportivos. Este párrafo es importante:
«Dice el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), y no se corta un pelo la lengua, que la libertad de expresión se predica «no solo de ideas o informacionesrecibidas con agrado o consideradas inofensivas o con indiferencia, sino también a aquellas que ofenden, impactan o perturban. Esas son las necesidades de pluralismo, tolerancia y apertura sin los cuales no hay una ‘sociedad democrática'».
La lección que nos da ese argumento del tribunal vale para camisetas amarillas, banderas con gallina, raperos cabreados, tuiteros adictos a comentarios aberrantes, chistes de Carrero, tuits de la Fundación Franco, etc, etc, etc.
Cada uno está en condiciones de elegir su ejemplo favorito. Algunos de ellos, y otros muchos más, pueden ponernos a prueba a todos nosotros de una manera u otra. Confiamos en que los responsables políticos tengan más sangre fría que los demás ciudadanos y sepan que los derechos no se respetan en función de conveniencias políticas. Que sean conscientes de que los enunciados bastante generales de muchas leyes no se escribieron así para encontrar resquicios en los que colar medidas represivas.
En España, no tenemos esa suerte. Y con independencia de las ideas de quien haga el comentario, eso lo dice todo de la calidad, o falta de ella, de nuestra democracia.
El mundo es un lugar espantosamente grande, como bien saben en los departamentos de postproducción de las televisiones. Llegan los periodistas pidiendo que se hagan mapas de lugares muy lejanos que nadie sabe dónde están y que tienen nombres imposibles. ¿No les vale con un rótulo?
Pero para eso hay estupendas bases de datos que permiten hacer búsquedas rápidas con lo que en muchas ocasiones nos podemos hacer la pregunta: ¿cómo es posible que cometan errores tan cómicos?
Hace unos días, CBS informó del ataque a instalaciones militares sirias con un mapa de Irán. Será porque casi no se habla de Siria en los últimos años. Max Fisher, del New York Times, no desaprovechó la oportunidad y nos recordó algunas de las pifias más memorables de las televisiones norteamericanas.
La revisión del pasado histórico de Estados Unidos producida en 2017 continúa este año con la decisión del Ayuntamiento de Nueva York de quitar una estatua de un lugar tan conocido como Central Park. Si bien en el Sur y otras zonas del país monumentos, estatuas y placas se han retirado por representar a figuras políticas y militares de la Confederación, este caso tiene algunas diferencias.
El caso de Nueva York tiene que ver con un médico, el doctor James Marion Sims, fallecido en 1883. Considerado un pionero de la ginecología moderna, sus investigaciones sirvieron para salvar la vida de muchísimas mujeres. Pero para obtener ese resultado, empleó métodos que no le supusieron ningún problema en su época, pero que hoy suponen una aberración. Sims utilizó para sus experimentos a mujeres esclavas a las que ni siquiera aplicaba anestesia.
Algunos estudios indican que después tampoco utilizaba anestesia con pacientes de raza blanca por no creerlo necesario. Evidentemente, las esclavas no tenían posibilidades de oponerse a esas condiciones, aunque es cierto que sus dolencias fueron curadas.
De las 11 esclavas a las que operó, sólo se conoce el nombre de pila de tres: Lucy, Betsy y Anarcha.
La estatua se colocó en otro parque de Nueva York en la última década del siglo XIX y fue trasladada a su actual emplazamiento en Central Park en 1934. Ahora será enviada al cementerio de Brooklyn donde está enterrado Sims.
R Lee Ermey, sargento de marines y actor de reparto cuya carrera es recordada por la interpretación en una película de Kubrick de lo que había sido antes, ha muerto con 74 años en California. Su trayectoria como actor no es impresionante, pero ese papel en ‘Full Metal Jacket’ le reserva un lugar especial en las películas de guerra.
Los primeros 40 minutos de la película tienen lugar en el centro de entrenamiento de los marines en la isla de Parris, en Carolina del Sur, y allí el sargento Hartman es el protagonista absoluto. Todos los demás personajes son insectos que el monstruoso marine se ocupa de pisotear hasta que alcancen el nivel que él exige con un desfile de insultos a cual más ofensivo. Blancos, negros, delgados, gordos, todos son basura que no tiene derecho a vivir. Es un sádico al servicio de una idea por la que pagará un precio muy alto.
Esa parte de la película es bastante verídica, y esa era la intención del director. La intención del instructor es despojar a esos reclutas de toda sombra de individualidad para convertirlos en máquinas de matar: «¡A Dios se la ponen dura los marines porque matamos todo lo que se pone por delante! ¡Él tiene su juego y nosotros el nuestro! ¡Para mostrarle nuestro respeto ante tal poder, llenamos el cielo con almas frescas!».
La triste realidad es que esa es la única manera de que sobrevivan en una guerra. Es eso o volver a casa en una bolsa de plástico negro.
Ermey iba a trabajar como asesor técnico de ‘Full Metal Jacket’, pero convenció a Stanley Kubrick de que era la persona idónea para el papel de Hartman con una cinta de vídeo en la que mostraba sus cualidades. En lo que era casi inaudito en una película de Kubrick, la mitad de sus diálogos eran cosecha propia, y no sacados del guión. «Para elegir a los reclutas marines, entrevistamos a centenares de tipos. Los poníamos en fila y él hacía una improvisación de su primer encuentro con el sargento instructor. No sabían qué es lo que les iba a decir, y pudimos ver su reacción. Lee salió con, no sé, como 150 páginas de insultos», contó después el director.
En otro detalle también insólito en los rodajes de Kubrick, famoso por obligar a los actores a extenuantes repeticiones de las escenas, a Ermey le valían muchas menos para dejar satisfecho al director.
«Si hiciera cien tomas de cada escena, nunca acabaría una película», dijo Kubrick a Rolling Stone, aunque sí admitía que podía hacer unas 30 si era necesario. «Lee Ermey, por ejemplo, pasaba cada momento que tenía libre con el preparador de diálogos y siempre se sabía sus frases. Supongo que la media de Lee eran siete u ocho tomas. A veces lo hacía en tres. Porque estaba preparado».
Curiosamente, Kubrick había visto a Ermey en otra película con un papel similar, pero le dijo al principio que no le parecía lo bastante duro. También había visto a Lou Gosset en ‘Oficial y caballero’ en otro personaje de sargento de marines, de donde sale la famosa frase de «en Texas sólo hay dos cosas, vacas y maricones». Le pareció que estaba muy bien, pero rechazaba ciertos toques sentimentales en el personaje, lo que vienen a ser rasgos de humanidades que no le parecían muy reales: «El mundo no es como se nos presenta en las películas de Frank Capra. La gente ama esas películas, que están hechas de forma maravillosa, pero yo no las describiría como un retrato real de la vida».
Kubrick podía ser un auténtico cabronazo como sargento de marines, es decir, como director de cine.
A diferencia de otras célebres películas de guerra como ‘Apocalypse Now’ o ‘El cazador’, es difícil considerar que ‘Full Metal Jacket’ es una película antibélica. O como ‘Senderos de gloria’. Como siempre con Kubrick, es complicado adjudicarle una etiqueta que lo defina y lo encasille.
En el desenlace, los soldados consiguen eliminar a una francotiradora vietnamita que se ha cargado a varios de ellos. Al abandonar el lugar, en un escenario infernal de fuego y destrucción, se alejan cantando una canción ridícula. «Estoy en un mundo de mierda, sí, pero estoy vivo y no tengo miedo», dice la voz en off de Joker (Matthew Modine) para cerrar la película. Al final lo que importa a un soldado no es la patria ni el Gobierno que le ha enviado allí, sino sobrevivir y que lo consiga el mayor número posible de sus compañeros. La historia la escribirán otros. «Misión cumplida», dirán.
Así es como se construyen los ejércitos que ganan las guerras, y por eso cobra sentido el maltrato continuado del sargento Hartman. Es una carnicería con unas pocas reglas que se obvian si es pertinente. Los soldados son sólo un fusil y unas botas. El sargento con la voz de Ermey es un sociópata que prepara a los reclutas para algo que carece de toda humanidad, la guerra.
Un tribunal federal de Nueva York es el escenario este lunes de un duelo jurídico poco frecuente: el presidente de EEUU contra el Departamento de Justicia. Trump ha enviado una carta a ese tribunal para que se le permita revisar los documentos que el FBI consiguió en el registro de las oficinas de su abogado Michael Cohen realizado la semana pasada. El lunes se celebra la vista en la que Cohen reclama al juez que se le permita lo mismo. Esa redada forma parte de una investigación penal contra el abogado personal de Trump, que no trabaja en la Casa Blanca, para la que un gran jurado ha recibido información en los últimos meses.
Cohen es el abogado que pagó 130.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels para garantizar su silencio sobre sus presuntas relaciones sexuales con el actual presidente.
La carta de ocho páginas, enviada por otra abogada de Trump, acusa al Departamento de Justicia de comportarse «de una forma agresiva, intrusiva y nada ortodoxa» y de vulnerar la relación de confidencialidad de un abogado con su cliente.
El FBI fue a por todos los documentos profesionales del abogado Cohen. Se presentó en su despacho, su casa y una habitación de hotel que utiliza con frecuencia. Se llevó material almacenado en su portátil, teléfono móvil y tablet. Un comunicado de los fiscales confirma que han tenido acceso a sus comunicaciones por email con orden judicial. En teoría, los agentes que llevan el caso no podrían tocar los papeles relacionados con clientes de Cohen que no tengan que ver con las acusaciones contra él. Lo más habitual es que alguien sin relación con la investigación haga una criba previa. Parece que tanto Trump como su abogado no se fían de que estos procedimientos habituales se cumplan ahora.
Según medios norteamericanos, a Cohen se le investiga por posibles delitos de fraude cometidos con la intención de comprar el silencio de personas que podrían haber perjudicado la campaña electoral de Trump en 2016.
Todo esto ha puesto muy nervioso a Trump.
Attorney Client privilege is now a thing of the past. I have many (too many!) lawyers and they are probably wondering when their offices, and even homes, are going to be raided with everything, including their phones and computers, taken. All lawyers are deflated and concerned!
Según lo que se conoce de la información difundida por la oficina del fiscal federal del Distrito Sur de Manhattan, lo que se investigan son los negocios personales de Cohen, no su trabajo como abogado. Pero, como contaban en este artículo del NYT, es muy difícil desligarle de su trabajo para Trump, porque algunos incluso sospechan que se trata de su único cliente. Cohen era el abogado que Trump enviaba para negociar/presionar/amenazar a todo aquel que le molestara: «Periodistas de investigación, rivales en sus negocios y demandantes potenciales».
El artículo del NYT cita a fuentes cercanas a Trump para decir que el presidente está más preocupado por las repercusiones de la investigación que afecta a Cohen que por la que dirige Robert Mueller sobre la posible implicación rusa en la campaña electoral.
Quizá la reflexión sea exagerada, pero por mucha literatura fantástica que haya aparecido en los medios de comunicación norteamericanos sobre un Donald Trump agente doble en manos de los rusos por una sesión muy completa con prostitutas en un hotel de Moscú, lo cierto es que los mayores problemas legales para el presidente pueden venir por su particular forma de hacer negocios y la forma en que ese estilo contaminó a su campaña electoral.
La posibilidad de que Cohen, amenazado por una condena de varios años, termine colaborando con el Departamento de Justicia es sin duda una posibilidad que debería preocupar a Trump. A nada que tenga el menor indicio de que eso puede ocurrir, no sería extraño que le concediera un indulto preventivo. De momento, Cohen ya ha hecho saber a través de sus abogados que invocará el derecho a no declarar contra sí mismo (la Quinta Enmienda) si le preguntan por los pagos a Stormy Daniels. Ese es un tema demasiado caliente para tocarlo.
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Mientras el abogado de Michael Cohen estaba el viernes en un tribunal intentando que el FBI no tenga acceso a todos los documentos incautados, él decidió mostrarse en público de una forma que llamó la atención, incluso en un lugar como Manhattan donde cualquier cosa puede pasar en la calle.
Photo of Michael Cohen taken by my NY colleague Lawrence Crook- who reports that he’s sitting outside the Loews Regency now with a group of friends smoking cigars pic.twitter.com/5DzcHpOvE5
Perseguido por las cámaras y con la obvia intención de dejarse ver, se reunió con un grupo de amigos que estaban en el exterior de un hotel fumando puros en una escena que tenía un cierto aire a película de gánsters. Al menos, esa fue la inspiración de este montaje con música inconfundible que dice tanto de Trump y de la gente que le rodea.
‘2001. Making of a Myth’. Un documental presentado por James Cameron y con las intervenciones de Arthur C. Clarke, Keir Dullea, Douglas Trumbull y otros miembros del equipo de la película.
En una guerra que ha causado centenares de miles de muertos, el éxodo de millones de personas y la destrucción completa de un país, el ataque norteamericano, británico y francés contra edificios vacíos alimentará los titulares y las declaraciones de los políticos, y poco más. Las características de esta intervención militar, y sobre todo los pasos dados por Washington y Moscú en los días anteriores, aseguran que ambos bandos salven la cara y reduzcan el riesgo de un enfrentamiento directo para el que nadie tiene demasiado interés.
El secretario de Defensa, James Mattis, cerró cualquier especulación en la noche del viernes sobre lo que puede ocurrir en los próximos días. Descartó nuevos ataques más allá de los ya conocidos y dio la operación por terminada: «Nos hemos limitado a los objetivos relacionados con las armas químicas. No íbamos a ampliarlos, fuimos muy precisos y proporcionados».
En los días anteriores, Mattis había mostrado su preocupación por una posible escalada en el conflicto si la represalia alcanzaba a fuerzas rusas e iraníes. El Pentágono no tenía muchas intenciones de estar a la altura de la retórica errática de Donald Trump, que por lo demás ya ha comunicado en público que pretende retirar los 2.000 soldados norteamericanos desplegados en el norte de Siria una vez que ya considera derrotado al ISIS. Mattis y el alto mando militar tienen otras ideas al respecto.
Photos of the research facilities in Barzeh, Damascus. I was told all of these buildings belong to the research center. @airwarspic.twitter.com/KpkR0tNV7S
Por si acaso, los rusos no asumieron riesgos. Sus objetivos más vulnerables en un ataque con misiles, los buques de guerra en la base naval de Tartus, zarparon hace unos días, por muy improbable que fuera un ataque directo norteamericano contra fuerzas militares rusas. Pronto volverán a su base. Esa presencia naval en el Mediterráneo es la principal razón de la intervención rusa en la guerra siria. Al estar asegurada la supervivencia del régimen de Asad, EEUU no está en condiciones de impedir esa presencia rusa.
Siempre se dice que los misiles no sirven para sustituir a una estrategia. Pero los comunicados oficiales y las informaciones de los medios de comunicación insisten en que permiten lanzar un mensaje al adversario. Tanto los principales medios norteamericanos como los medios públicos rusos están ahora totalmente concentrados en este ataque, aunque sus repercusiones vayan diluyéndose en los próximos días. Pero por unos días la guerra siria volverá a las posiciones más altas de las portadas.
El anterior bombardeo norteamericano de una base aérea siria en represalia por el presunto uso de armas químicas por Asad no tuvo ninguna repercusión relevante en la guerra. Sólo fue útil para alimentar las respectivas campañas propagandísticas. Es probable que ocurra lo mismo con este.
Quien sale de esta última crisis con algo tangible en su favor es el Gobierno de Asad, que ha recuperado el control del enclave de Guta Oriental, en las cercanías de Damasco tras una campaña de bombardeos que produjeron un alto número de víctimas civiles. Dentro de unos meses, procederá a ocuparse de la última zona en poder de sus enemigos, la provincia de Idlib en el noroeste del país. Sus habitantes ya saben lo que les espera.
Oriente Medio continúa siendo el agujero negro de las ejecuciones, a lo que ha contribuido el deterioro de la situación de los derechos humanos tras el fin de la Primavera Árabe. También por la respuesta del Gobierno iraquí a la amenaza del ISIS. Pero en países que la utilizan con profusión en su sistema legal, 2017 fue un año con menos ejecuciones: bajaron un 20% en Egipto, un 11% en Irán y un 5% en Arabia Saudí.
El 84% de las ejecuciones conocidas (993) se produjeron en cuatro países: Irán, Arabia Saudí, Irak y Pakistán. Eso deja fuera a China, el mayor verdugo del mundo, sin cifras confirmadas, pero que ejecuta a miles de personas cada año.
En 2017, hubo un 17% menos de sentencias a muerte conocidas públicamente. El número de ejecuciones conocidas bajó también, pero sólo un 4%.