En el proceso final para la elección del nuevo secretario general de la ONU, había diez candidatos, de los que cinco eran mujeres. Antes de examinar sus posibilidades, era justo comprobar sus credenciales políticas. Entre las mujeres, las había con experiencia en instituciones internacionales: Irina Bokova, directora general de la Unesco; Kristalina Georgieva, dos veces comisaria europea; Susana Malcorra, exsubsecretaria general de la ONU; y Helen Clark, administradora de UNDP, una agencia de la ONU, con rango de subsecretaria general.
Algunas contaban también con credenciales políticas relevantes en sus países. Clark fue ocho años primera ministra de Nueva Zelanda. Malcorra es la actual ministra argentina de Exteriores. Bokova fue ministra de Exteriores de Bulgaria, y Natalia Gherman de Moldavia.
El elegido fue António Guterres, primer ministro de Portugal entre 1995 y 2001. El hecho de que Guterres fuera alto comisario de ACNUR durante una década hace pensar que puede ser una elección acertada para el puesto.
El secretario general es elegido por el Consejo de Seguridad de la ONU y debe ser ratificado después por la Asamblea General. El primer paso es el importante. Si alguno de los cinco miembros permanentes del Consejo lo veta, ahí se acaba todo.
Y ahora la respuesta a la pregunta del titular en forma de una hoja donde la corresponsal del NYT en la ONU, Somini Sengupta, identifica tres puestos clave en los 15 países que forman parte ahora del Consejo: jefe de Estado o Gobierno, ministro de Exteriores y embajador en la ONU. En total, 45 personas.
Why not a woman SecGen? Here's the gender tally of the presidents, foreign mins & UN envoys of 15 SecCouncil members pic.twitter.com/fkB1a4wdyC
— Somini Sengupta (@SominiSengupta) 14 de octubre de 2016
Cada punto es una mujer. Los demás son hombres. Sólo hay tres mujeres. La primera ministra del Reino Unido, la ministra venezolana de Exteriores y la embajadora norteamericana en la ONU.
Gracias, Sengupta, por responder a la pregunta del titular.