Un pequeño banco pero con una agresiva política de marketing ha sido la primera víctima de la crisis financiera rusa. El Trust Bank recibirá una inyección de 30.000 millones de rublos (unos 530 millones de dólares) para no caer en bancarrota. No es una entidad grande. Ocupa el puesto 32º en activos y el 15º en depósitos de particulares. Pero apuntaba alto en su publicidad. La imagen es de la campaña para la que contrató a Bruce Willis, que aparece en varios lugares de su página web y hasta en una tarjeta de crédito.
500 millones de dólares para un banco así es una cantidad significativa. El Gobierno está dispuesto a soltar el dinero necesario. El viernes la Duma aprobó la ley que permitirá llevar a cabo el rescate bancario de aquellas entidades que lo necesiten. Para ello, destinó el equivalente a 16.500 millones de dólares con el que aumentar el capital de los bancos que ahora mismo no tienen acceso a los mercados internacionales.
La sensación de alarma es difícil de ignorar. La Duma hizo en un día los trámites parlamentarios que habitualmente suponen semanas. Ahora la ley pasa a la Cámara Alta y luego será firmada por Putin para que entre en vigor. Se espera que en enero los bancos comiencen a recibir los fondos.
El hundimiento del rublo ha aumentado de forma exponencial la deuda, denominada en euros o dólares, de estos bancos. Habrá bancos como el ya rescatado que necesitarán ese dinero para sobrevivir, otros solucionarán así sus problemas de liquidez para que no se conviertan en un problema de solvencia.
La intención del Gobierno es que los bancos continúen prestando dinero a la economía real. Con unos tipos de interés al 17%, eso es francamente poco probable. El programa de recapitalización con fondos públicos intenta evitar esa situación.
Los primeros que no se fían son los propios bancos. Están pidiendo unos tipos del 28% para prestarse dinero entre ellos a tres meses vista. Nadie sabe cuántos bancos van a sobrevivir en esta purga financiera.
Nada de esto funcionará si el Gobierno no consigue detener la caída del rublo. El comienzo de la semana ha sido bueno, no obstante, con una revalorización del 6,6% hasta llegar a los 55 rublos por dólar.
Rusia tiene margen para ayudar a sus bancos con sus amplias reservas, a las que ya ha pegado un buen bocado en su defensa infructuosa del rublo. Lo que no sabe es si esos 16.500 millones serán suficientes. Cuando sus bancos pidieron créditos en el exterior a entidades extranjeras, no pensaban que el rublo iba a caer más de un 40% en un año. Ahora tienen que pagar los intereses de una deuda de 7,3 billones de rublos que con los tipos de interés actuales supone un pago de 1,2 billones al año (20.000 millones de dólares), según la estimación del economista jefe del Sberbank, el mayor banco del país.
La crisis de Rusia no ha hecho más que empezar.
Corrección: en una edición anterior aparecía que el rublo había perdido el lunes un 6,6%. No, era al revés, una ganancia. Sorry.