Cinco minutos presionando con todo su peso sobre el cuello de un hombre de raza negra. George Floyd, de 46 años, falleció poco después de que una ambulancia se lo llevara desde el lugar de los hechos. «Por favor, no puedo respirar», se le oía decir mientras estaba aprisionado con las manos esposadas a la espalda. Las mismas palabras que pronunció Eric Garner en 2014 y que también falleció cuando fue estrangulado por un policía en Nueva York en el momento en que le estaba inmovilizando.
«Ser negro en América no debería ser una sentencia de muerte», dijo el alcalde de Minneapolis, Jacob Frey. «Hemos visto durante cinco minutos a un policía blanco presionar su rodilla contra el cuello de un hombre negro. Cinco minutos. Cuando oyes a alguien pedir ayuda, se supone que debes ayudarle. Ese agente no hizo lo que debía en el sentido más básico y humano».
Una vez más, fue un vídeo el que permitió desvelar una historia de abusos policiales que había sido camuflada en el informe de los agentes presentes en los hechos. Cuatro agentes, incluido el autor del crimen –porque es difícil calificarlo de accidente–, han sido despedidos por el Ayuntamiento. La División de Derechos Civiles del FBI ha iniciado una investigación.
El 23% de los norteamericanos muertos a manos de la policía en 2019 eran de raza negra (son el 13% de la población).