No digo que sean los mejores libros que he leído en 2022, pero son casi imprescindibles para los amantes de la historia.
‘Personalidad y poder’. Ian Kershaw. Editorial Crítica.
¿Son los grandes hombres los que hacen la historia o es la historia la que da las oportunidades para que algunos políticos dominen una época? Kershaw intenta responder a la pregunta ceñida a la historia europea en el siglo XX a través de los retratos de Lenin, Mussolini, Hitler, Stalin, Churchill, De Gaulle, Adenauer, Franco, Tito, Thatcher, Gorbachov y Kohl. El veredicto del historiador es el previsible. Fuera del contexto histórico en el que surgieron, «no habrían dejado en la historia ninguna huella».
Pero hay elementos que Kershaw no obvia. Sin la destrucción del orden económico, la complicidad de la derecha alemana y el ansia de revancha tras la derrota de 1918, Hitler no habría llegado al poder. Pero una vez que fue nombrado canciller, fueron sus ideas y su violencia las que rehicieron a Alemania y la llevaron a una guerra que causó decenas de millones de muertos en todo el mundo. Lo mismo en el caso de Stalin. Cuando se hizo con las riendas del poder, impuso su voluntad y eliminó a cualquiera que pudiera cuestionar su política e incluso a muchos que no tenían ninguna intención de hacerlo.
Franco está un poco encajado con dificultad en esta selección. Al estar centrada en Europa, deja fuera a Roosevelt, lo que es una ausencia difícil de entender para contar el siglo XX y una de sus figuras esenciales.
‘Las puertas de Europa. Pasado y presente de Ucrania’. Serhii Plokhy. Ediciones Península.
Rusia y Ucrania se encuentran unidas por un pasado real y al mismo tiempo rodeado y contaminado por el mito: el Rus de Kiev. Los siglos posteriores marcaron caminos diferentes para las dos naciones que se volvieron a unir con los imperios zarista y soviético. El historiador ucraniano separa la realidad de la ficción nacionalista en un libro que en su conjunto es una refutación del artículo que Putin publicó en la web del Kremlin en el verano de 2021 y de sus discursos de 2022 con los que ha pretendido justificar la invasión y negar a Ucrania su condición de país soberano con una historia propia. Nunca hay que dejar que los políticos se apropien de la historia.
El libro se puede complementar con la lectura de ‘Una historia breve de Rusia’, de Mark Galeotti.
‘Nunca delante de los criados’. Frank Victor Dawes. Editorial Periférica.
Para todos los que hayan visto la serie ‘Downton Abbey’ y su visión paternalista sobre las relaciones entre amos y criados en Gran Bretaña, se trata de un libro clave. Dawes, un periodista hijo de una criada que había empezado a servir con 13 años, tuvo una gran idea en 1973. Publicó un anuncio que pedía testimonios de cualquier persona que hubiera tenido ese trabajo. Consiguió un tesoro documental que le permitió escribir un libro repleto de historias personales del servicio doméstico durante casi un siglo.
«La Biblia se utilizaba para convencer a la servidumbre de que era voluntad de Dios que ellos permanecieran en lo más bajo de la sociedad, así como para que reconocieran la superioridad de aquellos a quienes servían», escribe. Esa división de clases se transmitía a las propias relaciones entre criados en función de su cometido.
‘El Ministerio de la Verdad’. Dorian Lynskey. Capitán Swing.
Lynskey escribe una biografía de la novela ‘1984’ de la que ya hablé en este artículo. El libro de más influencia política en el siglo XX tuvo un éxito de ventas casi inmediato, lo que hizo que fuera engullido por la Guerra Fría y la propaganda. Aunque describe una dictadura tan perfecta e imbatible que es casi imposible de que se produzca, la novela de George Orwell no ha perdido vigencia desde entonces. Orwell era una persona bastante depresiva y tenía una opinión atroz de lo que habían sido los años 30, pero hasta los últimos días de su vida insistió en que esa visión terrible del futuro no tenía por qué cumplirse: «La moraleja que podemos sacar de esta peligrosa pesadilla es simple. No deje que ocurra. Depende de usted». Es decir, de todos nosotros.
‘La anarquía’. William Dalrymple. Editorial Desperta Ferro.
Mucho antes de la llegada de las multinacionales del siglo XX, la Compañía de las Indias Orientales inició el expolio británico de India al servicio no exactamente de los intereses de un Estado, sino del bolsillo de sus accionistas. «Un imperio dentro de un imperio», la llamó con precisión uno de sus directores. La decadencia del imperio mogol le abrió las puertas a unas oportunidades extraordinarias de negocio y de sometimiento de millones de personas. Su Ejército era mayor que los de la mayoría de los países del mundo. No fue hasta mediados del siglo XIX cuando el Gobierno británico asumió el control de la explotación colonial. La situación no cambió mucho para sus habitantes.
Dalrymple es un excelente historiador que ya había escrito uno de los mejores libros sobre las guerras afganas del siglo XIX y con ‘La anarquía’ vuelve a ofrecer una obra esencial basada en buena parte en fuentes locales, y no sólo en los registros oficiales de la potencia colonial.
‘Poder y tronos. Una nueva historia de la Edad Media’. Dan Jones. Ático de los libros.
Contar mil años de historia en un libro, por largo que sea, es un empeño titánico. Aun más si se pretende cambiar esa visión habitual de la Edad Media como un periodo sombrío y nefasto marcado por el hambre, la falta de tecnología y la opresión. En el mundo anglosajón, es habitual que se le denomine ‘Dark Ages’, y con eso queda dicho todo.
De una forma especialmente asequible para los que no son amantes de los libros de historia, Jones ofrece un relato coherente de todos esos siglos en los que se construyeron las naciones europeas. El legado de Roma que nunca llegó a perderse, la influencia de las invasiones bárbaras, probablemente causadas por un cambio climático, y de la llegada de los musulmanes a Europa, el poder de la Iglesia y, sobre todo, de los monasterios, las órdenes de caballería, el Cid, las Cruzadas, Genghis Khan, la peste negra, los vikingos, Lutero, la imprenta, Carlos V… el reparto de la Edad Media es sencillamente espectacular.
‘Vida de Ali’. Jonathan Eig. Capitán Swing.
Muhammad Ali, «el más grande». Un ídolo de masas, uno de los grandes personajes de la segunda mitad del siglo XX en EEUU. David Remnick ya escribió una gran biografía del boxeador en 1999. La de Eig muestra un detallado análisis de sus grandes combates, pero además coloca a Clay/Ali en el centro de la convulsa lucha política y social del país en los años 60 y 70. No es una hagiografía y no oculta su decadencia física y mental cuando cayó en la locura de prolongar su carrera negándose a proteger su cuerpo y salud.
Eig hace un recuento aproximado del número de golpes en la cabeza que recibió Ali en su larga carrera y la cifra es asombrosa. Cita al que fue su médico durante muchos años, que se refería a su costumbre en los entrenamientos de permitir que sus sparrings le golpearan en la cabeza. Su forma de hablar arrastrando las palabras en esos años indicaban para él un «síntoma inequívoco de daño cerebral». Consiguió todo lo que quería, a pesar de que fue condenado por negarse a combatir en Vietnam y desposeído de su título y de haber peleado con púgiles como Liston y Foreman de los que todos decían que lo iban a matar, pero pagó un precio muy alto.