Esta semana se ha producido uno de los ataques más horribles de la guerra siria. Una doble explosión mató el miércoles a 53 personas en la ciudad de Homs, de las que 46 eran niños, casi todos de entre seis y nueve años, según el Gobierno regional. El atentado se dirigió específicamente contra un colegio de educación primaria. Hubo dos explosiones, la primera causada por un coche bomba o una bomba depositada en la calle. En las imágenes, se puede apreciar el momento de la segunda detonación, cuando los niños y algunos adultos corren gritando para huir del lugar y otros se acercan para atender a los heridos. Probablemente, la segunda bomba fue accionada por un suicida.
El suceso tuvo lugar en una zona de Homs controlada por el Gobierno. Se dice que la mayoría de los habitantes de ese barrio son alauitas. Fue un acto de terror indiscriminado contra la base social de apoyo al régimen. El Frente Al Nusra, dependiente de Al Qaeda, ha protagonizado ataques similares a lo largo de esta guerra.
Tras el atentado, se produjo una imagen poco habitual en las zonas controladas por el Gobierno, una manifestación con muchos familiares de las víctimas en la que se reclamó el cese del gobernador de Homs.
Protest in the capital of Syrian Revolution #Homs against the car bomb in front of a children school in pro-gov area pic.twitter.com/wriH2sK4aH
— Haya Atassi (@haya_atassi) octubre 2, 2014
En páginas de las redes sociales partidarias del Gobierno de Asad, han aparecido múltiples comentarios denunciando al gobernador de Homs por no proteger las zonas civiles de la ciudad y limitar la seguridad a edificios oficiales y residencias de altos cargos. Algunos han llegado a pedir que los padres no envíen más a sus hijos al colegio hasta que el gobernador sea relevado.