Los congresistas norteamericanos se lo dieron hecho a los genios que hacen las portadas de Bloomberg Businessweek. El país más poderoso del planeta tiene un Congreso repleto de niños llorones que no dan la talla ni siquiera cuando la economía nacional está al borde del abismo (exagerando un poco con lo de abismo).
La portada recuerda a otra de 1995 cuando el presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, protagonizó un incidente ridículo. Los tipos del New York Daily News le estaban esperando con el hacha. Ya sabemos cómo se las gastan los tabloides de Nueva York.
Y hablando del Daily News, era de esperar que lo dieran todo con la negativa de los republicanos a votar la ayuda a los estados castigados por el huracán Sandy.
The Economist también se ha apuntado a la fiesta (de vez en cuando les va el rollo tabloide) con el insulto definitivo para un político norteamericano, especialmente si son de derechas: parecen europeos.
Es cierto que el acuerdo alcanzado estos días en EEUU es muy de la eurozona. Un apaño para que todos o casi todos se den por satisfechos y la solución definitiva quede aplazada para el futuro, en este caso, un futuro muy cercano.
El peor papel está reservado para Obama, que hace de francés (Boehner es el alemán). No olvidemos que en la escala de valores de The Economist Francia es EL MAL.
Recordando las portadas del año pasado de Economist sobre España, Berlusconi e Italia o la Eurozona, tampoco creo que la de Francia sea como para considerarlos como EL MAL.