Con tal cobertura mediática, Donald Trump no ha tenido que gastarse ni un dólar de su fortuna en encargar y difundir en televisiones los anuncios que son una de las materias primas más útiles de las campañas políticas norteamericanas. Hasta ahora. Febrero se acerca y con él los caucus de Iowa, el estreno de las primarias, donde le lleva ventaja Ted Cruz. Trump ya ha demostrado en esta campaña que es capaz de recuperarse del impacto negativo de todas sus ideas y ataques contra los demás candidatos. Le da igual, entre otras cosas porque no le ha perjudicado en las encuestas nacionales, así que no es extraño que en su primer anuncio televisivo haya incidido en una de sus últimas ideas más polémicas, incluso según los sectores más conservadores del Partido Republicano: la prohibición de entrada en EEUU de cualquier musulmán.
Un puñado de segundos da para mucho, lo suficiente para incluir su propuesta de construir un muro en la frontera con México para detener la inmigración ilegal (no importa que ahora mismo sean más los mexicanos que vuelven a su país que los que hacen el camino inverso). Y ahí ha colado esta imagen:
Como ha descubierto Politifact, procede de un vídeo de la frontera entre España y Marruecos en Melilla. El anuncio no dice que las imágenes sean de la frontera de EEUU con México, pero no necesita hacerlo. El muro o valla que propone Trump evitará precisamente que ocurran esas situaciones. Lo que no se cuenta se lo imagina el votante republicano.
En el arte de la manipulación, es decir, en el estilo con que se hace el montaje de estas piezas de propaganda, tiene más relevancia algo que en realidad es habitual en estas campañas políticas. Audio, rótulos e imágenes se juntan para dar el mensaje adecuado sin necesidad de que lo primero resalte algo que podría colocar al candidato en una posición que le obligue a responder a preguntas molestas.
Por eso, cuando sale el rótulo «prohibición temporal a la entrada de musulmanes a EEUU», primero aparece la imagen de un aeropuerto lleno de gente y después unos encapuchados que podrían pertenecer a cualquier grupo yihadista de Oriente Medio. Tal que así:
Esa es la gente que hay que impedir que entre en EEUU. ¿Qué importa si eso supone una evidente discriminación por razones religiosas? ¿Qué auténtico norteamericano de raza blanca y clase media estaría en contra de una medida tan razonable?
Y con eso, por mucho que Trump ponga de los nervios al establishment de su partido, el millonario demuestra que la suya es la típica campaña de un candidato republicano de los últimos 15 años. No puede fallar. Todo lo demás (México, Melilla, España, Marruecos…) es accesorio.