Donald Trump lo sabía. El 28 de enero, su consejero de Seguridad Nacional, Robert O’Brien, le informó sobre el impacto de la crisis del coronavirus. «Va a ser la mayor amenaza de seguridad nacional que afronte en su presidencia. Va a ser la prueba más dura que afronte», dijo en una reunión en el Despacho Oval. Otro de los asesores presentes lo confirmó: el mundo se enfrentaba a una amenaza similar a la de la gripe de 1918.
El 7 de febrero, Trump habló con el periodista Bob Woodward por teléfono y le dijo que era consciente del peligro. «Respiras el aire y así es como se contagia. Por eso, es una situación muy arriesgada. Muy delicada. También es más letal que la gripe común».
Las frases aparecen en el último libro –’Rage’– de Woodward, del que The Washington Post ha ofrecido un amplio resumen.
En las fechas citadas, Trump estaba negando en público la gravedad de la pandemia y previendo de forma optimista que la enfermedad no tardaría mucho en desaparecer. «Cuando el tiempo sea más caluroso, esperemos que el virus se haga más débil y finalmente desaparezca», dijo el 7 de febrero. «Pueden preguntar por el coronavirus, que está perfectamente bajo control en nuestro país», dijo el 25 de febrero. «Va a desaparecer. Algún día, será como un milagro y habrá desaparecido», dijo el 28 febrero.
Trump engañó a los ciudadanos y a los medios de comunicación. «Para ser honesto contigo, siempre he querido rebajar (la amenaza), aún quiero rebajarla, porque no quería provocar el pánico», explicó al periodista.
Woodward grabó las conversaciones con Trump, presumiblemente con el permiso del presidente. El Post ha ofrecido ahora algunos fragmentos con las frases citadas.
A pesar de lo que contó al periodista, Trump nunca contó a la opinión pública las dimensiones de la pandemia de las que era consciente, no utilizó todo el poder del Estado federal, criticó a los gobernadores demócratas que tomaron las medidas más estrictas para impedir la extensión de la enfermedad e interfirió en los trabajos de los organismos científicos que debían llevar la iniciativa, como el CDC o la FDA.
Entre otros asuntos desvelados en el libro están fragmentos de las cartas que le envió Kim Jong-un, caracterizados por un tono muy respetuoso y hasta elogioso hacia Trump. Y una revelación sobre el arsenal nuclear norteamericano de la que no se sabía nada. El presidente alardea de que EEUU cuenta con un nuevo sistema de armamento que nadie conoce. «He construido un arma nuclear, un tipo de de armamento que nadie ha tenido antes en este país. Tenemos cosas de las que no has oído hablar. Tenemos cosas que Putin y Xi no han oído hablar. No hay nadie… lo que tenemos es increíble».
Woodward afirma que ha podido confirmar por fuentes anónimas que existe ese nuevo armamento sin conocer más detalles.
This is President Trump on tape, on February 7, saying that the coronavirus is "more deadly than your – you know, your, even your strenuous flus." But he minimized the threat in public. On February 26, he told the public "I think that’s a problem that’s going to go away." pic.twitter.com/TOHTpqYtvZ
— Brian Stelter (@brianstelter) September 9, 2020